La única fábrica de arroz precocido de Cuba se encuentra en Sancti Spíritus, lleva 15 años sin trabajar y por el momento no reanudará sus labores porque desde 2020 realizan labores de mantenimiento infraestructurales y tecnológicos.
El molino arrocero Ángel Montejo es la entidad estatal encargada de preparar el cereal y como desde hace más de una década sus trabajadores no realizan el proceso de cocción y secado del arroz, recibirán una capacitación de cara a la puesta en marcha de la industria, según detalló la Agencia Cubana de Noticias.
Actualmente, el molino se encarga de descascarar el arroz que se comercializa en la red de tiendas estatales, el turismo y las ventas online, explicó Yariel Rodríguez Aquino director de la UEB, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Sur de El Jíbaro.
El proceso inversionista que se ejecuta en la fábrica de arroz precocido se encuentra el montaje de una nueva caldera y el tacho de cocción y la mejora de otros equipos relacionados con el proceso productivo.
En la planta procesadora del cereal se cumplió en más del 13% el plan que se estableció de 3,735 toneladas, según datos oficiales divulgados por funcionarios de esa entidad.
El arroz precocinado se obtiene es el cereal tratado mediante cocción parcial previa con el objeto de reducir el posterior tiempo de cocinado y permite que los ingredientes se pongan juntos con agua hirviendo en la fase de cocinado.
En medio de la crisis económica y alimentaria que viven los cubanos, el acceso al vital alimento se volvió más difícil en los meses de octubre y noviembre, luego que el gobierno fuera incapaz de cumplir el plan de importación del cereal, supuestamente por los atrasos de los embarques que provocó el coronavirus.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, explicó que fue imposible cumplir el compromiso de tres libras adicionales de arroz per cápita para paliar la crisis generada por la dualidad monetaria y la presencia de divisas extranjeras en el mercado nacional.
Sin embargo, para fin de año y Navidad se anunció en Las Tunas la venta de esas tres libras, una botella de ron y chícharos por frijoles, como parte de los productos que se vende en la canasta básica normada.
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