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Actriz cubana Tamara Morales: Un artista tiene que defender la libertad de pensamiento y de creación

"No siento que haya, ahora mismo, una política cultural abierta a los cambios. Aun cuando existiera la voluntad de hacerlos, y pienso que es imprescindible hacerlos, vivimos en una realidad que no escapa del asedio mediático, empezando por la omnipresencia de la televisión y su programación, internet y algunas plataformas virtuales y redes sociales"

Actriz cubana Tamara Morales © Cortesía de la entrevistada
Actriz cubana Tamara Morales Foto © Cortesía de la entrevistada

Este artículo es de hace 2 años

Tamara Morales es de esa estirpe de actrices, de las que quedan pocas, con una formación integral en las artes escénicas y que han sobresalido en un mundo difícil y con ella, precisamente, converso en esta entrevista.

Dijo la actriz Juliette Binoche “la interpretación es una declaración de amor” ¿qué es interpretar para ti?

Interpretar es un acto de total entrega, solo desde la verdad se puede llegar a un personaje escrito en blanco y negro en un papel. El actor con sus vivencias, emociones, su inteligencia, sus capacidades histriónicas, su experiencia, incluso con sus peculiaridades físicas (gordo, esbelto, feo, bello, joven o viejo) es capaz de darle vida a ese personaje imaginado y a través de su cuerpo y su mente contar la historia concebida por su creador.

Actriz cubana Tamara Morales / Cortesía a CiberCuba

Has vestido muchos papeles: “la guajira” de Tierra Brava, la “Omaida” de Latidos Compartidos, la “Ondina” de las Huérfanas de la Obrapía, la “polilla” del infantil Dando Vueltas, “la enfermera” de Si me Pudieras Querer, la teniente coronel Silvia de la serie policíaca UNO… ¡En fin! ¿Cómo vives tus personajes? ¿De una manera cerebral o emocional?

Ningún personaje es igual a otro, aunque puedan llegar a tener puntos de contacto. Tampoco es lo mismo el tiempo de análisis y búsqueda para desarrollarlo de manera más completa y profunda; es decir, cada trabajo está determinado por la producción, por su dirección y hasta por el elenco que lo compone.

El teatro, por ejemplo, permite llevar a cabo un mayor desarrollo y estudio del personaje en el contexto de la obra en cuestión, el proceso de ensayos bien monitoreado por el director permite que el personaje cobre voz y proyección en el cuerpo, la mente y el alma del actor.

He tenido la oportunidad de transitar por todos los medios escénicos, teatro, cine y televisión; en este último, la inmediatez del trabajo y su lenguaje, el diseño del personaje, el género de la obra, las circunstancias mismas del trabajo me han llevado a transitar el camino de lo “cerebral” como punto de partida para luego descubrir las emociones de ese personaje en particular, llegando a descubrir sutilezas del carácter y su psicología en pleno desarrollo de las grabaciones.

Actriz cubana Tamara Morales / Cortesía a CiberCuba

¿Cuál de tus personajes ha influido más a ti, cuál no olvidas, en cuál no te has visto?

Cada personaje es una inspiración, cada uno es un hijo, un brazo, un apéndice de uno y todos quedan de un modo u otro en una. En muchos casos te hacen crecer como ser humano o pueden mortificarte, colocarte en desventaja.

En sentido general, siempre tengo la sensación, al ver el resultado y distanciarme como espectadora, de que hubiera podido hacer algo más o algo mejor o simplemente diferente, pero el tiempo de estudiarlo e interpretarlo es un disfrute enorme que no puedo comparar con nada.

Creo que el reto que significa poder entrar en la psicología y en la piel de cualquier personaje, por más alejado o cerca que esté de mí, constituye una experiencia única e irrepetible, todos, incluso a mi pesar, están conmigo.

Dicho esto, ¿con qué personaje te identificas?

Con cualquier personaje bien escrito, con un conflicto poderoso o inmerso en una situación interesante o simplemente que tenga los ingredientes necesarios para hacerlo crecer y cobre sentido dentro de la historia en la que aparece. Debo reconocer que el personaje más añorado, más querido es el que aún no he podido hacer.

Sé de antemano que te gustan los equipos humanos ¿eso te ha llevado a dirigir?

Desde que comencé mis estudios en la Escuela de Instructores de Arte (ENIT) mi interés por dirigir nació y se hizo presente. Durante cuatro años, la especialidad de dirección y actuación teatral fue el plato fuerte de muchas otras asignaturas que completaban la formación de un joven director – actor.

Allí tuve excelentes maestros, directores teatrales, actores, escritores, dramaturgos, historiadores, diseñadores que me impregnaron, además del conocimiento, el respeto y la admiración por esa profesión tan compleja y hermosa a la vez.

Unos años después, cuando ya había entrado en la vida profesional como actriz, Tamara Morales decidió ampliar su formación en ese campo e ingresar en la Facultad de Medios Audiovisuales del ISA, en la especialidad de Dirección de cine y televisión.

En efecto. Una vez más, tuve la suerte de contar con profesores extraordinarios; sus magistrales enseñanzas crearon en mí la conciencia de la importancia que tiene el trabajo de los especialistas para lograr un producto artístico, del respeto por el talento y la labor de cada integrante del equipo artístico y técnico.

Actriz cubana Tamara Morales / Cortesía a CiberCuba

Ningún director o productor, por creativo y experimentado que sea, hace una obra solo; su mérito radica también en saber cohesionar a un equipo de profesionales alrededor de una misma idea, logrando que su proyecto sea la obra de todos.

Desde esa perspectiva dirigí un cortometraje de ficción, además de dos documentales que abordan el tema del actor cubano y su profesión; simultáneamente he trabajado en muchísimas producciones para el cine cubano y extranjero donde además de actuar también he desempeñado el rol de asistente de dirección o la dirección de casting.

O sea, eres una mujer polifacética, un todo terreno ¿no?

Jajaja ¡no tanto! He escrito guiones, he asesorado otros, algunas ideas han resultado una película. Debo reconocer que adoro el trabajo que genera el proceso de realización de una obra o proyecto artístico, siempre y cuando el respeto por la creatividad y el conocimiento de cada integrante prevalezca.

Los tiempos que corren son tumultuosos, aunque nos empeñemos en minimizarlos ¿cuál es la postura que debe asumir una actriz o realizadora?

En cualquier caso, la postura tiene que estar al lado de la humanidad, de defender la vida del hombre y su naturaleza, el medio ambiente; un artista tiene que ser un ser inconforme, tiene que defender la libertad de pensamiento, de creación, tiene que dudar, investigar, estudiar.

Los tiempos que vivimos están marcados por extremos, por políticas absurdas, abusivas a veces, inhumanas otras, por lo que cada artista desde su pequeño o gran quehacer debe asumir una postura de trasformación, de mejoramiento en beneficio de su pequeño o gran mundo.

¿Eres feminista, crees que el feminismo sea una revolución en el mundo?

Creo que desde que tengo uso de razón y, sin saber en ese entonces realmente el significado de ese concepto, ya era feminista.

Por supuesto que defiendo totalmente la igualdad de las mujeres respecto a los hombres, igualdad para todo, tanto en lo cultural como en lo económico y político. No se trata de que me sienta mejor o más capaz que un hombre en ningún aspecto. No apoyo nunca, por principio, el extremismo.

Se trata de creer que las mujeres son tan capaces como cualquier hombre y merecen tener las mismas oportunidades y derechos dentro de la sociedad. Otra cosa muy distinta son nuestras diferencias, de sexo o género… ¡Resulta un tema bien interesante!

¿Harías un papel de hombre?

Creo que sí lo haría, pero sé que sería difícil interpretarlo; en primer lugar porque mi cuerpo no me ayudaría en lo más mínimo… jajaja.

¿Qué puedes decir de tu paso por el cine cubano, específicamente como realizadora? ¿Lo que has hecho como actriz te ha realizado o piensas puedes hacer mucho aún?

Creo que como actriz me queda mucho por hacer, claro está que si no tengo la oportunidad pues tendré que conformarme con lo hecho hasta ahora. En Cuba, actualmente, se hacen muy pocas producciones, tanto en el cine como la televisión, y del teatro… ¡ni hablar!

La escasez de recursos para llevar adelante un proyecto es cada vez mayor, menos ahora con la situación económica tan precaria y agravada por la pandemia en los últimos dos años.

Recuerdo que entre 2001 y 2003, intervine en proyectos de dos de los más grandes directores de la escena cubana, Roberto Blanco y Héctor Quintero. Con ellos protagonicé obras del teatro clásico que estuvieron en cartelera a teatro lleno durante meses, hicimos giras por el país. Fue una maravillosa experiencia y un gran éxito de público; hoy parece un suceso fugaz y olvidado.

Existen todavía en toda la Isla grandes talentos para hacer producciones excepcionales como aquellas o de otros tipos y estilos, pero la realidad es que llevar a cabo nuestro trabajo en cualquiera de sus manifestaciones requiere de recursos y voluntades que lamentablemente no abundan.

Yo, Julita Osendi, no Tamara Morales, me pudiera preguntar ¿de qué voluntades podemos hablar, con cuáles recursos pudiésemos contar? Las tan seguidas aventuras, aquellas novelas de época como "Sol de Batey", "Las Impuras", "La Flecha de Oro" y tantas y tantas ¿podrían rodarse en la actualidad? Ni en sueños. Y lo tétrico es que, al paso que vamos, ni los nietos de mis nietos van a poder ver un producto nacional de esos géneros y ambientes en nuestra tele.

Tamara, todos los seres humanos tenemos algo que cambiar; en la actuación eso es común, en la realidad también. Te pregunto ¿tienes tú algo que cambiar?

El rostro de la entrañable actriz expresa asombro, duda; se nota que la respuesta no quiere exteriorizarse hasta que al fin dice: "¡por momentos quisiera ser un delfín!… jejeje".

En realidad, pudiera querer cambiarlo todo y al mismo tiempo no cambiar nada, pero a estas alturas lo que sí tengo claro es lo que no cambiaría.

No cambiaría mis principios, mi dedicación por lo que amo, mi entrega sin dobleces, mi sinceridad y honestidad, aunque a veces me salgan caras, mis deseos por querer que todo sea lo mejor posible; tampoco cambiaría a mi familia, ni a mis contados verdaderos amigos.

Realmente muy poco me queda en el tintero para la Morales. Sé de planes actuales que no quiere divulgar, sé de sueños, de anhelos insatisfechos o no. Es la hora, como dijera en el béisbol, de “recoger los bates” pero decido pitchear mi último lanzamiento.

¿Crees que la política cultural de este país esté abierta a cambios?

No siento que haya, ahora mismo, una política cultural abierta a los cambios. Aun cuando existiera la voluntad de hacerlos, y pienso que es imprescindible hacerlos, vivimos en una realidad que no escapa del asedio mediático, empezando por la omnipresencia de la televisión y su programación, internet y algunas plataformas virtuales y redes sociales.

Ante esa poderosa realidad interactiva, si queremos ayudar a mejorar el nivel cultural e intelectual de nuestra sociedad, urge hacer cambios. Es una verdad que no resiste análisis.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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