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Wilfredo Gómez: La historia (casi) siempre se repite

El legendario "Bazooka" del boxeo ha sido internado en una institución mental.

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Este artículo es de hace 2 años

El oscuro destino que suele cebarse en los grandes del boxeo -el mismo que pasó por encima de Joe Louis, Al Brown, Kid Chocolate...- no ha tenido piedad ni hizo excepción con uno de los más poderosos pegadores de la historia, el legendario puertorriqueño Wilfredo Gómez.

Medios noticiosos informaron en las últimas horas que el excampeón mundial y miembro del Salón de la Fama debió ser “rescatado” de su casa por las autoridades, que acudieron allí tras la denuncia realizada por la familia de "Bazooka", como lo bautizaron por el TNT que cargaba en los puños.

Según Primera Hora y Noticel, los allegados de Gómez llevaban más de un año sin saber de él y temían por su salud, a partir de que la persona con quien vivía hubiera restringido su comunicación y el acceso a la vivienda.

En las imágenes que han circulado en infinidad de webs, el tres veces monarca universal aparece en una silla de ruedas, desaliñado, con aparentes moretones en las piernas y signos de hinchazón, a siglos de distancia de la forma física exhibida cuando, en alarde de inclemencia, condenaba a la lona a sus rivales en los 70 y los 80.

La carrera de "Bazooka" fue tal, que la llamada Biblia del Boxeo, la revista The Ring, lo colocó en el lugar 13 de los más tremendos pegadores de la historia pese a que nunca combatió más allá de las 130 libras, obligado a los límites impuestos por su escasa estatura (5 pies 5 pulgadas).

Después de pasar como una tromba por el Mundial Amateur de La Habana en 1974, a fines de ese año debutó profesionalmente con empate, y desde entonces eslabonó una racha de 32 triunfos seguidos, todos ellos por la vía del KO. Al cerrar su aventura por los cuadriláteros, su expediente mostraba 44 triunfos (42 antes del límite) y apenas tres reveses, incluido el record vigente de 17 defensas exitosas sin recurrir a las tarjetas de los jueces.

Fabuloso. Admirable. Wilfredo Gómez era como una bola de derribo, y la gente le levantaba altares merecidos. Sin embargo, el destino le ha podido a aquellas glorias, y resulta que ahora, en su descuidada casa de Cupey, han tenido que sacarlo como una vieja marioneta. Estaba en “condiciones inhumanas”, y lo han llevado a una institución mental bajo el mandato de la Orden 408, que establece el “ingreso no voluntario en un centro psiquiátrico”.

Tiene 65 años, pero se ve mayor. La vida está pegándole más duro que su némesis del ring, el mexicano Salvador Sánchez. Se ve agarrado de las cuerdas, próximo a caer por el conteo definitivo. Crucemos, pues, los dedos, a ver si el gran campeón consigue levantarse una vez más.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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