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Díaz-Canel pontifica sobre arreglar el mundo, cuando Cuba es un desastre

Gobierno cubano intenta reeditar Operación Verdad.

El presidente Díaz-Canel recibió a influencer procastristas © Presidencia de Cuba
El presidente Díaz-Canel recibió a influencer procastristas Foto © Presidencia de Cuba

Este artículo es de hace 2 años

El presidente Miguel Díaz-Canel pontificó sobre como arreglar el mundo, mientras Cuba es un desastre, durante un encuentro con una veintena de comunicadores extranjeros aliados, en un intento por reeditar la "Operación Verdad" de 1959.

La puesta en escena, que transcurrió entre la Casa de las Américas y el Palacio de la Revolución, confirmó el miedo de la dictadura más antigua de Occidente a la prensa y los youtubers cubanos libres y el fracaso de sus plataformas de mentiras y medias verdades.

En 1959, la "Operación Verdad" llenó La Habana de periodistas latinoamericanos para contarles la versión oficial sobre los primeros fusilamientos castristas y fundar la agencia de noticias Prensa Latina; ahora se trata de lavar la desprestigiada imagen de Díaz-Canel, López-Calleja y sus corsarios por los juicios despiadados contra manifestantes del 11J, cuando el presidente, acobardado, llamó a una guerra civil entre cubanos; empleando al ejército en la represión contra el pueblo.

Pese a las proclamas sobre la verdad, la primera mentira que soltó el presidente, en la reunión con los influencers aliados, fue manifestarse a favor de un cambio en el mundo real y virtual; pese a que es incapaz de cambiar a Cuba, que ha empeorado desde que asumió el mando, y se pone a dar recetas para mejorar el planeta.

La segunda guayaba fue decirles que la revolución cubana no claudicará; cuando hace años que se fue a bolina y, para muchos cubanos, ha significado una maldición de cárcel y destierro, como muestran los más de mil presos políticos actuales y la estampida migratoria propiciada por el gobierno para aliviar la presión ciudadana.

El tercer embuste de Díaz-Canel consistió en pedir a los comunicadores, youtubers y "articuladores" que recreen un mundo virtual mejor, donde no predomine el odio, la banalidad y la vulgaridad, y donde prevalezca la verdad, el humanismo, la ética y la solidaridad.

Vayamos por parte; el mayor odiador de Cuba es su gobierno dictatorial, que no ha dudado en apresar a adolescentes, niños y madres de manifestantes del 11J y condenar a largas penas de cárcel a jóvenes; de odio era la mirada de Díaz-Canel en las horas y días posteriores al 11J.

Banales son los discursos presidenciales: "Aquí todo el mundo censura" "el Período Especial fue un gran acto de creación colectiva", "el sector estatal es nuestro", y "la limonada es la base de todo".

Vulgar resulta el presidente, cuando aflora su síndrome de Peter Pan acere, dotándolo de una gestualidad ambientosa, persuadido que asi conseguirá epatar con la marginalidad creada por el comunismo en su extendida cultura de la pobreza; ser popular no exige vulgaridad alguna y a los ciudadanos hay que igualarlos por arriba, no rebajarse un mandatario con poses ridículas.

¿Cuánto tiene de humanista y solidario mantener 18 años rota la principal planta productora de oxígeno medicinal en Cuba?, donde abundan el asma, las alergias y otros trastornos respiratorios. ¿Cuán humano resulta construir activos inmobiliarios de lujo, mientras miles de cubanos morían de coronavirus?

Humanismo y solidaridad es la práctica generalizada de la vilipendiada emigración cubana, socorriendo a familiares y amigos en Cuba para que no mueran de hambre y enfermedad; humano y solidario es llenar la jaba mensual para los presos, crear grupos de whatshapp para intercambiar y donar medicamentos y avisar al prójimo que venden salchichas en determinadas tiendas.

¿De qué ética puede hablar el tardocastrismo, cuando se alinea con el agresor ruso y no con la agredida Ucrania; cuando apoya en Naciones Unidas, a violadores de los derechos humanos como Arabia Saudí y China y divide a los cubanos entre buenos y malos por razones políticas?

¿Cuán ético resulta arrebatar el 75% del salario a médicos y personal sanitario que el gobierno alquila a países extranjeros?

¿Resulta humano, ético y solidario discriminar a negros y mantener desprotegidas a las mujeres ante crímenes machistas?

¿Dónde radica el humanismo, la ética y la solidaridad de jinetear las remesas familiares y las recargas de Etecsa y explotar a los emigrados con tarifas consulares de atraco?

¿Qué ética habita en el doble discurso de acusar a Estados Unidos de bloqueo económico y 243 sanciones, siendo notable importador de alimentos made in USA?

Obviamente, el gobierno cubano no estuvo solo en la pantomima de Operación Verdad, la compañera Graciela Ramírez, jefa de la corresponsalía de la revista Resumen Latinoamericano, se puso lírica y abordó el "secuestro brutal de la verdad, amordazada" (sic), una práctica habitual del gobierno cubano, pero su momento de gloria llegó con una errónea alusión a Haydée Santamaría, cuyo espíritu -aseguró- está en la Casa de las Américas, junto a los de Fidel Castro y Ernesto Guevara.

El espiritismo es una práctica frecuente en el tardocastrismo, pero si una jefa de corresponsalía pretende secuestrar brutalmente las causas del suicidio de la fundadora de la Casa de las Américas; mejor que se dedique a leer y estudiar la revolución castrista antes de lanzar soflamas de verdad amordazada.

El estudiante mexicano Jerónimo Sarco, orgulloso joven comunista, puso malo el dao a los mentirosos habituales, pidiendo que el debate se ampliase hacia "las naciones hermanas y oprimidas que constituyen Latinoamérica", quizá pensando en su natal México, donde han sido asesinados 55 periodistas en los últimos cinco años y tres meses, y cuando el presidente López Obrador visitará próximamente a Cuba.

El toque folclórico lo puso un participante árabe no identificado en la crónica de la prensa estatal, que solo lo citó como representante del canal satélite Al Mayadeen, y soltó estas perlas: Escuchar a los martianos hablar, transporta a los oyentes a otro mundo (...) Veo a Martí con nosotros. Que Alá le conserve el oído porque la vista la tiene muy jodida.

Brilló por su ausencia, al menos para la prensa más mentirosa del mundo, el compañero Iroel Sánchez, que empieza a correr el riesgo de pasar de joven promesa a vieja gloria sin consagrarse como ministro, pero los caminos del tardocastrismo resultan inescrutables, incluso para insomnes y guerreras pupilas.

¿Qué dirían el gobierno cubano y sus aliados, si CiberCuba convocara una reunión de comunicadores independientes para perfeccionar el enfoque en favor de la democratización de nuestro país?; tremenda perreta; aunque nos leen diariamente.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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