El gobierno cubano reconoció este fin de semana que 2021 resultó el año más duro de la salud pública en las últimas décadas en Cuba.
Durante el balance anual del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el ministro José Ángel Portal Miranda sostuvo que en 2021 afrontaron múltiples desafíos y que “las lecciones de este período ni pueden ni deben olvidarse”, refirió el medio oficialista Cubadebate este sábado.
El titular recordó que el inicio de 2021 fue complejo, tras el aumento de los contagios por la entrada al país de la variante Delta del coronavirus, que tuvo su más elevado pico en los meses de julio y agosto.
“En el mes de septiembre se logró detener el ritmo de crecimiento de casos y en octubre la situación comenzó a ser más manejable”, dijo el doctor Portal Miranda, tras referirse al impacto de la campaña de vacunación con los fármacos producidos en el país.
El ministro también admitió que en 2021 hubo un sensible impacto en la disponibilidad de recursos y en indicadores de salud de la población, aunque la mayor responsabilidad se la achacó a la crisis por la pandemia de coronavirus y al embargo de Estados Unidos a la isla.
No obstante, reconoció que en ese período aumentó el número de defunciones en todos los territorios del país, siendo el más afectado el grupo etario de 60 años y más, además de que la pandemia de COVID-19 incidió negativamente en las tasas de mortalidad infantil y materna registradas en ese período.
El ministro de Salud advirtió, además, que si no se solucionan las deficiencias identificadas en los indicadores sanitarios, no será posible avanzar en el desarrollo que el sistema de salud necesita.
“La búsqueda constante de qué no estamos haciendo bien nos ha llevado a determinar problemas en el desempeño y las competencias de dirección de algunos cuadros, a lo que se suma el insuficiente trabajo con las reservas y el formalismo en el proceso de evaluación”, admitió Portal Miranda en su rendición de cuentas.
Según el informe que presentó, la eficiencia del sector se vio afectada por problemas organizativos, que impactaron en la atención de los pacientes, además de repercutir en el estado de satisfacción de la población cubana.
“Hemos tenido dificultades con el programa de medicina familiar, sobre todo con la inestabilidad de los recursos, la calidad de la atención, la resolutividad en los consultorios y el funcionamiento de los grupos básicos de trabajo. Existe un prolongado tiempo de respuesta ante las emergencias sanitarias, entre otras causas por la insuficiencia en la explotación del transporte sanitario y el bajo coeficiente de disponibilidad técnica”, apuntó Portal Miranda.
Asimismo, expuso que la gestión hospitalaria sigue mostrando dificultades.
Añadió que en los hospitales de la isla no se logra cubrir la demanda de los servicios electivos, debido a las medidas adoptadas para el control de la pandemia, al déficit de recursos médicos, organizativos y al incumplimiento de algunos servicios, con brechas en la seguridad de atención al paciente.
El ministro reconoció, además, que el incremento sostenido en las faltas y bajas coberturas de medicamentos, insumos médicos, diagnosticadores, material gastable fue uno de los elementos que durante 2021 tuvo una afectación directa en los servicios de salud y en la satisfacción de las demandas de la población.
En este punto, mencionó también los problemas en la infraestructura tecnológica, obsolescencia y rotura de equipos.
Cristina Lara Bastanzuri, jefa del Departamento de Planificación y Análisis de Medicamentos y Reactivos del MINSAP, expuso en este balance que 2021 fue uno de los años más difíciles desde el punto de vista del aseguramiento médico, no solo por el incremento en la demanda del diagnóstico con reactivos y laboratorios, sino por el esfuerzo que supuso dar respuesta a demandas incrementadas de hasta diez veces de los medicamentos para pacientes graves, lo cual tensó toda la cadena de suministro.
Aseguró también que casi el 60% del presupuesto del sistema se dedicó al enfrentamiento a la COVID-19, en detrimento de otros programas y que la importación de recursos se vio afectada no solo por la situación económica en el país, sino también por complejidades en la logística internacional por la pandemia, el retiro de proveedores, entre otras causas.
En la reunión se dieron a conocer, además, datos de los factores de riesgo en la población cubana que propician el incremento de la morbimortalidad.
De acuerdo con el doctor Raúl Pérez González, director del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, encuestas de salud en la población mayor de seis años arrojaron que el 21.6% de la población cubana fuma, y la prevalencia de esta adicción entre los 15 y 19 años es del 12.7%, además de que el 78% de las personas que fuman comenzaron a hacerlo antes de los 20 años.
También refirió que en el consumo de bebidas alcohólicas, el 68% de los encuestados se inició entre los 10 y 19 años, mientras que un 4.5% lo hizo antes de los 10.
Expuso, además, que el 56.3% de la población en la isla no realiza ejercicios sistemáticamente; 18% adiciona sal a la comida además de la que ya tiene en la cocción, un 68% consume menos de ocho vasos de agua diarios, y la obesidad y el sobrepeso son elementos que aumentan en todos los grupos de edad en Cuba.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz afirmó que 2021 fue también un año de consagración de los trabajadores de la salud, que se demuestra en sus resultados.
“Estamos convencidos de que seguirán dando el máximo por el pueblo cubano, dijo durante la reunión, e insistió en el fortalecimiento y recuperación de la atención primaria como la base sistema salud cubano, además de rescatar los principios fundacionales del programa y el médico de la familia, así como transformar aquello que sea necesario para lograr mayor resolución de las problemáticas de salud en las comunidades.
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