La división territorial de CUPET en Santiago de Cuba anunció que a partir del próximo 1 de junio decomisará a sus clientes los cilindros de gas licuado que tengan numeración diferente a la del registro que lleva esa empresa estatal.
La medida tiene el objetivo de "fortalecer el control de los cilindros de gas licuado", de acuerdo con un comunicado de esa empresa estatal, que divulgó el periódico oficialista Sierra Maestra.
La escueta nota oficial no ofreció detalles sobre las posibles incidencias que han ocurrido en la provincia en los últimos tiempo. CiberCuba se puso en contacto con la división territorial de CUPET para conocer otros detalles de la decisión, pero hasta el momento de redactar esta nota no habían contestado a los mensajes enviados.
Sin embargo, la nota de esa empresa estatal ocurre después que una funcionaria cubana reconociera que el déficit de oferta del servicio en la provincia se debía a la falta de depósitos de gas.
Es por ello que muchos usuarios se van con las manos vacías tras hacer una cola, porque solo tienen capacidad para vender unos 120 cilindros por día.
Ante la escasez y la alta demanda de un producto necesario para la cocción de los alimentos, en medio de los incesantes apagones, los ciudadanos deben pagar hasta cinco mil pesos cubanos por un cilindro de 10 kg de gas licuado.
Esta semana CUPET en Santiago de Cuba informó sobre el límite de cilindros que venderán por cada núcleo familiar y la manera de organizar las colas en los diferentes puntos de comercialización del producto, con el fin de garantizar una mejor distribución.
Se realizarán tres grandes grupos: domicilios debidamente acreditados, clientes priorizados y aquellos que realizan el pago a través de las plataformas digitales ENZONA y TRANSFERMÓVIL.
El comunicado detalla que se venderá un cilindro por domicilio y se autorizará de manera excepcional un segundo a aquellos hogares que tengan más de un contrato.
Desde 2013 en Santiago de Cuba venden gas licuado de manera liberada y sin subsidios, como parte de una estrategia de ese momento del gobierno comunista, aunque en los últimos tiempos han tenido que regular su venta a la población porque no hay suficiente para todos.
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