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Supuesta quinta mejor policía del mundo volvió a matar

A Díaz-Canel le han faltado reflejos para condoler a las víctimas cubanas, en vez de andar pasteleando con una circunstancial aliada extranjera.


Este artículo es de hace 1 año

La supuesta quinta mejor policía del mundo ha vuelto a matar y herir a cubanos en Santa Clara, confirmando el miedo que padece la dictadura más antigua y represiva de Occidente y la crisis de la institución armada, que viene de lejos por la falta de vocaciones y deterioro de su profesionalidad.

El policía con placa 15388 que mató a Zinadine Zidan Batista Álvarez no es el único responsable de su muerte porque se trata de una víctima del empobrecimiento y la violencia que asolan a Cuba, regida por el comunismo de compadres que suplantó las fuentes de autoridad tradicional, padres y maestros, con entusiasmo revolucionario, dinamitador de normas y costumbres; pobreza no es sinónimo de violencia, como pretende la manipulación ideológica y, la miseria cubana es Made in Castros.

Junto al uniformado que disparó deben ser juzgados su jefe inmediato, el jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y el delegado del Ministerio del Interior en Villa Clara que, a estas horas, deberían estar destituidos por incumplimiento del deber de proteger y cuidar a los cubanos, sin dejar de reprimir con violencia proporcionada a los violentos.

Aun cuando se tratase del delincuente más peligroso del mundo, imposible en un adolescente de 17 años, la policía no debe matar, porque se le supone entrenada para apaciguar ánimos y reducir a los posibles infractores, sin apretar el gatillo y; si como asegura la versión oficial, se trató de un muchacho armado de machete y cuchillo, existen sobradas técnicas de defensa personal para reducir al atacante, sin matarlo.

Un muchacho con "conducta violenta y múltiples antecedentes delictivos". y viviendo en una barriada empobrecida, evidencia que la revolución fracasó, pues cuando Batista Álvarez nació, el castrismo acumulaba 46 años de vida y experiencia represiva.

La PNR es anticubana y totalitaria sufre los niveles operativos más bajos de su historia y la corrupción campea a sus anchas entre jefes, oficiales y agentes; incluido el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) y otros cuerpos especializados que, lejos de velar por la tranquilidad ciudadana, lucran con cuanta oportunidad delictiva se les pone a tiro.

Un policía es un agente del orden público, especializado en rebajar tensiones y neutralizar a ciudadanos en actitudes violentas; con el empleo de mínima violencia y protegiendo a la vecindad del conflicto, pero resulta evidente que la orden de combate del presidente Miguel Díaz-Canel está vigente desde el 11 de julio de 2021, cuando decretó irresponsable y, suicidamente, una guerra civil entre cubanos.

A casi un año del homicidio de La Güinera, de cuyo responsable no ha vuelto a informarse públicamente, la policía ha vuelto a matar en Cuba, y el aparato de propaganda ha tardado lo justo en mentir sobre la mala suerte de un adolescente empobrecido y mestizo.

El crimen del Condado acusa directamente a los máximos responsables de la nación, que ahora intentarán comprar el silencio y la cooperación de la familia de la víctima, con migajas materiales; en vez de haber evitado que el barrio y parte de sus vecinos se degradara hasta los actuales niveles injustificables; aunque tampoco es descartable que ahora aparezcan brigadas de pico y pala, compañeros; para ponerlo alegre y bonito sobre el dolor de una madre destrozada.

El homicidio ocurrió en la tierra natal del presidente Díaz-Canel, donde conserva afectos por su gestión como primer secretario provincial del partido comunista y al mandatario le han faltado reflejos -algo frecuente en su personalidad- para acudir al barrio y condoler a las víctimas.

Tanta preocupación por la circunstancial aliada extranjera Ana Hurtado contrasta con la insensibilidad presidencial hacia las familias del adolescente villaclareño ultimado por un policía,de los heridos y de las víctimas de sendos feminicidios.

Díaz-Canel ya desprecia a los cubanos; se cree a salvo de duelos y fatigas, mientras solo está cavando su propia tumba, ¡menos mal que era el único que valía!, siempre según su padrino Raúl Castro Ruz, al que Dios debía conservarle el oído porque de vista y olfato político está acabado.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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