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Drama de un migrante cubano para obtener medicamentos contra el VIH en Tapachula

“Estos son todos los documentos que les di para que supieran que tengo mi condición. Y sin embargo, mis medicamentos fueron tirados a la basura en Siglo XXI”, denunció. “Los tiraron a la basura”.

Vacunación de migrantes (imagen de referencia) © Antena 3
Vacunación de migrantes (imagen de referencia) Foto © Antena 3

Este artículo es de hace 1 año

Un migrante cubano, paciente de VIH, denunció no haber recibido atención médica inmediata en la ciudad fronteriza de Tapachula, en México, donde botaron sus medicamentos antirretrovirales al ingresar al centro de detención de migrantes.

Roberto Báez Castillo, un cubano que llegó a Tapachula a finales de febrero, no recibió atención médica de inmediato y su tratamiento fue arrojado a la basura al ingresar al centro de detención migratoria Siglo XXI, de acuerdo con un texto publicado en el sitio Cronkite News.

Este migrante, que vive con el VIH desde hace 12 años, fue detenido a finales de febrero por las autoridades migratorias de Tapachula, donde pasó 11 días en un centro de detención y durante ese tiempo no fue conducido a instituciones sanitarias para recibir tratamiento ni evaluar su condición de salud.

A su llegada, mostró a las autoridades migratorias las recetas que había recibido gratis en Panamá para el suministro de medicamentos antirretrovirales para tratar el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) durante tres meses.

“Estos son todos los documentos que les di para que supieran que tengo mi condición. Y sin embargo, mis medicamentos fueron tirados a la basura en Siglo XXI”, denunció. “Los tiraron a la basura”.

Ante el riesgo que implicaba para su salud continuar sin el tratamiento médico, un funcionario de la oficina de la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) le dijo que esa agencia lo conectaría con una organización local sin fines de lucro que atiende a pacientes con VIH, pero ya llevaba más de una semana sin tratamiento alguno.

Báez dijo que salió de Cuba para escapar de la discriminación que sufría a causa de su orientación sexual. Estuvo un año en Perú sin recibir la medicación que necesita para su condición de salud y cuando llegó a Panamá logró recibir atención médica y obtener los medicamentos antirretrovirales a mediados de 2019.

La asistencia sanitaria en Tapachula es deficiente y a veces nula para los migrantes.

Aunque la ley mexicana garantiza que todas las personas, independientemente de su procedencia, tengan acceso a los servicios de salud, muchas instituciones rechazan a los migrantes si no pueden pagar una consulta.

Por lo general, las trabas burocráticas entorpecen la atención médica para los migrantes que presentan un estado de salud vulnerable. En muchos casos tienen que presentar la documentación necesaria que demuestre que están en el sistema de asilo.

La ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas, tiene aproximadamente 350,000 habitantes, indica el texto, y se halla en uno de los estados más pobres y con menos recursos de México.

Los migrantes que se encuentran varados en esta ciudad del sur de México, en espera de su visa de tránsito para continuar el viaje a la frontera con Estados Unidos, dependen de organizaciones sin fines de lucro y no gubernamentales para solventar su situación.

En el caso de Báez, que podría sufrir complicaciones con el virus si no se somete al tratamiento que requiere, se encuentran también niños, mujeres y otros pacientes de enfermedades crónicas que sufren las carencias y deficiencias del sistema de salud en la ciudad fronteriza de Tapachula.

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