Amigos y familiares del cubano Yunel Montoya Noa, recientemente fallecido en el hospital Julio Trigo de La Habana, denunciaron este martes que personal de la Salud en ese centro médico robó los dientes de oro del paciente.
Una amiga de la víctima que se identifica en Facebook como María Julia Moya Méndez relató las circunstancias del hecho, y acusó a las personas del hospital de "inescrupulosas", por robarle a un ser humano en su lecho de muerte.
Afirma que "Papo", como le llamaban sus amigos cercanos, ingresó a dicho hospital el día 15 de julio con un derrame cerebral y cayó en coma profundo, por lo que permaneció en terapia intensiva con la única compañía de los médicos y las enfermeras que lo atendían.
Sin embargo, el hombre falleció el pasado 24 de julio y cuando su esposa entró a la morgue para darle un beso de despedida, notó que "le habían robado sus colmillos y filos de oro".
Asegura que la esposa de Montoya Noa acudió este martes al hospital para entrevistarse con el director, pero este no pudo recibirla porque, presuntamente, estaba reunido la subdirectora.
"Le dijo que tenía que esperarse, no sé qué hay que esperar ante tal profanación", expresó Moya Méndez.
Asimismo, exigió que el hecho no quede impune y los responsables paguen "por su actitud".
Decenas de internautas lamentaron que estos hechos ocurran en los hospitales, y consideraron que se trataba de un "descaro y falta de respeto".
"En ese hospital no sirve nadie, me mataron a mi abuela con un cáncer que abrieron y cerraron la operación porque los médicos se estaban quedando dormidos, porque todos toman alcohol, se emborrachan, venden los medicamentos, hacen de todo", dijo otro.
"Por Dios que partía de descaraoooos son mi madre, no lo puedo creer. Eso sí es lo último madre mía. Esas personas deben ser castigadas, digo si es que se les puede llamar persona porque para mí son animales que deberían de arder en el infierno", comentó un tercer forero.
Para muchos residentes en la isla la situación económica ha exacerbado la crisis de valores en la sociedad cubana, donde con frecuencia se reportan hechos insólitos como el narrado por Moya Méndez.
El pasado año una cubana denunció el robo de una cruz en la tumba de su padre en el Cementerio “Vicente García González” de Las Tunas, a los pocos días de su entierro, además de lamentar el abandono de los trabajadores del lugar.
Asimismo, en 2020 los dirigentes políticos de Villa Clara tuvieron que hacer una visita de última hora al principal cementerio de la ciudad capital, así como a funerarias, floristerías y una fábrica de ataúdes del municipio, por irregularidades reportadas en los servicios funerarios.
En esa ocasión los dolientes criticaron que los ataúdes se abrían mientras se transportan los cadáveres, que había vertederos en las áreas colindantes al camposanto, y hasta restos extraviados, y que a veces se robaban las flores depositadas a los difuntos.
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