El gobierno de La Habana inauguró este lunes, en Regla, el Café Literario "El Tilo", donde se venderán algunas infusiones y otros productos alimenticios, aunque algunos los capitalinos se mostraron incrédulos con el éxito del local administrado por la empresa municipal de Comercio.
Doce horas diarias trabajará el Café Literario, donde además las instituciones culturales de Regla deben realizar actividades y encuentros con escritores de la localidad, según el periódico Tribuna de La Habana.
Los internautas se mostraron incrédulos ante la inauguración del café literario, y algunos pusieron en duda el tiempo que permanecerá abierto o brindando servicios, porque lo comparan con otros sitios que fueron remodelados y luego fracasaron.
"Ahora hace falta que el café, no lo vendan por la izquierda. No sé como no les da pena tanta propaganda si al final ni controlan. Se anuncian más que la Coca Cola y se venden menos que el prú", escribió una persona.
"El lugar se llama TILO pero no hay ,es igual que hace tiempo vendían en algunos lugares cualquier cosa menos para lo que realmente había sido destinado", escribió otro internauta.
El reporte de la prensa oficialista se equivocó en mencionar el nombre del café literario, y transmitió la idea de que sería un sitio destinado solo a la venta de infusiones de tilo, pero en el menú que presentaron se puede observar que venderán bebidas de manzanilla, menta, orégano y guayaba, así como té de melocotón frío y caliente.
La inauguración del local tiene lugar en medio de una crisis económica, política y social en todo el país, agudizada por la falta de energía eléctrica, alimentos y medicinas.
El gobierno utiliza este tipo de actos para transmitir una imagen positiva frente a la población y aprovecha fechas significativas para el oficialismo para inaugurar lo que ellos califican como "obras sociales".
El pasado mes se reinauguró una vez más el centro recreativo Hola Ola, también en La Habana, que no estuvo exento de polémicas, por parte de ciudadanos que consideraron excesivo que se destinen recursos públicos a un sitio que no brinda servicios de calidad.
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