Las tripulaciones de helicópteros de Holguín y Villa Clara que fueron enviadas a Matanzas a sofocar el incendio desatado en la Base de Supertanqueros, regresaron el jueves a sus casas.
Los militares fueron recibidos en los propios aeropuertos de Holguín y Santa Clara por sus familiares, tras permanecer cuatro días trabajando en la extinción del fuego en el área de desastre.
Durante ese tiempo, los pilotos de la base aérea holguinera de la Unidad Militar 3710 realizaron más de 135 misiones de vuelo para recoger agua de la bahía matancera y verterla sobre las llamas en la zona industrial.
Según el Mayor Dairon González, jefe del grupo de aviación, la operación fue muy riesgosa debido a las complejas condiciones climatológicas del lugar, las altas temperaturas, la poca visibilidad y los fuertes olores de los gases.
El grupo llegó al aeropuerto de Varadero al amanecer del sábado 6 de agosto y una vez allí se dividió en dos tripulaciones, para trabajar de forma conjunta con efectivos de otras regiones del país.
El Teniente Coronel Aniel Santiesteban declaró a Prensa Latina que el principal objetivo era extinguir el fuego para asegurar el avance de las fuerzas por tierra.
El Departamento de Extinción del Cuerpo de Bomberos de Cuba reveló que la incidencia del humo en la zona de la catástrofe disminuyó considerablemente y en las próximas horas debe concluir la misión, tras más de 100 horas seguidas de irrigación de líquidos.
El jueves también regresaron a sus hogares los bomberos de Cienfuegos enviados a combatir el fuego ocurrido en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
Los bomberos residen en el consejo popular de Jaraguá, donde fueron recibidos por sus familias.
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