Teresa María Amarelle Boué, secretaria general de la oficialista Federación de mujeres Cubanas (FMC), dijo el bloqueo es “la mayor violencia” contra la mujer en Cuba, de quienes afirmo que son la “Revolución en sí”
“Los mayores impactos de este contexto que estamos atravesando recaen sobre las mujeres. Las mujeres son las mayores víctimas de ese bloqueo que nosotros siempre hemos dicho, que es la mayor violencia que se ejerce sobre el pueblo cubano, y sobre las mujeres”, comentó la funcionaria en un video publicado en el sitio de YouTube del Partido Comunista de Cuba, a propósito del 62 aniversario de esa organización de masas, a través de la cual el Estado cubano ha buscado controlar y regular a las mujeres en Cuba.
La delirante analogía de Amarelle Boué, en la que “mujer” equivale a “revolución” y “violencia de género” a “bloqueo,” trivializa las formas de opresión y violencia a que se ven sometidas las mujeres cubanas diariamente, muchas veces ejercidas desde el Estado, y que su organización ha decidido, en numerosas ocasiones, ignorar y omitir.
Sobre la naturaleza de la organización que dirige, Amarelle Boué considera que “la federación es expresión de unidad del pueblo cubano, la mujer cubana es también la revolución en sí, porque por ella luchó y porque la Revolución dignificó a nuestras mujeres”.
De esta manera, la funcionaria repite el discurso de exclusión ideológica con que la cúpula del poder en Cuba ha afianzado su hegemonía y que limita los derechos de quienes disienten o se oponen al régimen de partido único.
“Sea cual sea la profesión, la orientación sexual, el nivel cultural, el color de la piel; están incluidas y se vela por sus derechos”, dijo sobre los criterios de inclusión de su organización, que discrimina y criminaliza a las mujeres que se opongan al régimen.
Además, Amarelle Boué aseguró que su organización trabaja para acabar con la brecha económica de género, que en Cuba es de un 21 por ciento, aunque consideró “nuestra meta no es parecernos a los hombres”.
La dirigente también exhortó a votar por la aprobación del Nuevo Código de Familia, que será sometido a referendo el próximo 25 de septiembre, del cual dijo que es parte de los reclamos históricos de dirigentes como Vilma Espín, una de las figuras históricas del régimen que dirigió por décadas esa Federación, omitiendo que muchos de los derechos que la nueva ley incluye se logran después de años de presión y reclamos de activistas y miembros de la sociedad civil cubana.
Finalmente, Amarelle Boué elogió la nueva ley que codifica la violencia contra la mujer, otro viejo reclamo de activistas independiente, pero omitió que el Código ha sido criticado por no considerar la violencia de género como un crimen específico, ni tampoco los feminicidios.
Al menos 86 feminicidios se han producido en Cuba en los últimos dos años, según datos recopilados en julio pasado de manera independiente por una docena de organizaciones de la sociedad civil de la isla que enviaron una carta a las distintas representaciones diplomáticas existentes en La Habana.
Ante la ausencia de un registro oficial que permita conocer los daños ocasionaros por la violencia de género, colectivos feministas de Cuba criticaron a las autoridades por negarse a incluir el feminicidio en el Código Penal recientemente aprobado.
“El Estado cubano, además de no tipificar como delito la violencia de género, ha marcado brechas de desigualdad entre las mujeres de la sociedad civil independiente y el resto de la población, lo cual, ha traído como consecuencia la poca participación de las mujeres y la baja autoestima política, incrementando la inequidad de género y la desigualdad”, resaltó el comunicado.
El rechazo a las propuestas de la sociedad civil independiente y el silencio institucional a iniciativas que promueven los derechos de las mujeres en Cuba ha dado como resultado inmovilismo en la adopción de una Ley Integral contra la Violencia de Género
“Este negacionismo de las autoridades carece de fundamento porque el activismo y la ciudadanía ha logrado recabar cifras alarmantes de violencia feminicida”, alertaron.
La misiva resaltó el trabajo que realizan de manera voluntaria cientos de activistas dentro de Cuba, acopiando la información que surge, muchas veces bajo el temor de la represión y la falta de garantías jurídicas, con el fin de visibilizar un problema que el gobierno intenta silenciar.
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