APP GRATIS

Cuba camino del holocausto

Pese a las ventajas concedidas por la administración Biden, Europa, el Vaticano y los baldíos esfuerzos de opositores cubanos por negociar el desmantelamiento, la casta verde oliva y enguayaberada cierra la puerta por miedo y no tener donde esconderse; morirá matando.

Raúl Castro Ruz © Estudios Revolución
Raúl Castro Ruz Foto © Estudios Revolución

Este artículo es de hace 1 año

El tardocastrismo es un dinosaurio incómodo; incluso para sus escasos aliados, pero como tiene más miedo que vergüenza, cierra la puerta a una salida negociada; decidido a morir matando, confiando en un milagro y sabiendo que no tiene donde esconderse.

Raúl Castro Ruz y su equipo saben que en el mundo contemporáneo no podrían ocultarse y que la opción de una salida negociada con exilio incluido, no los mantendrá a salvo de un juez como el español Baltasar Garzón, que detuvo a Augusto Pinochet en Londres; pese a que el dictador chileno había asumido el plebiscito y facilitado la logística al Reino Unido durante la Guerra de Las Malvinas.

Cuando el tardocastrismo parece que escucha, solo simula para ganar tiempo e ir descabezando a la oposición interna con cárcel y destierro; contando con errores políticos y emocionales de sus adversarios, que confunden una agenda política alternativa con sus deseos y afanes de los rosados para que no los vayan a confundir con la derecha y la mafia anticubana de Miami.

En 1987, se resquebrajó el consenso casi monolítico conseguido por Fidel Castro Ruz y entre la larga lista de damnificados están ex funcionarios, incluidos militares, con información suficiente para enrejar a los traidores a Cuba; que persiguen y descalifican cualquier intento opositor de negociación, especialmente aquellos que cuentan con el aval discreto de la socialdemocracia norteamericana, latinoamericana y europea.

Pese a las ventajas concedidas por la administración Biden, Europa, el Vaticano y los baldíos esfuerzos de opositores cubanos por negociar el desmantelamiento, la casta verde oliva y enguayaberada se ha reorganizado tras el traumático 11J, desatando una indiscriminada ola represiva y una avalancha migratoria contra Estados Unidos y países de la región; aprovechando la mansedumbre del gobierno norteamericano.

Cuba no es una prioridad en la agenda de Washington, pero mandar señales erróneas a mayorales esclavistas; cuyo único criterio político es conservar todo el poder, durante todo el tiempo; contribuye al martirio de un pueblo noble, agredido por un estado fallido y cruel, que combina la pobreza crónica con la maldad.

A ver si encontramos un maná petrolero; a ver si gana Lula y alquila más médicos, a ver si aparece un inversor suicida, a ver si Biden gana el mid term y nos saca de la lista de patrocinadores del terrorismo, a ver si nuestros abnegados científicos convierten en victoria el costoso revés de las vacunas Covid, a ver si los compañeros del MININT, las FAR, sus guaritas y vanidosos gusañeros consiguen convertir sus minipymes en kibutz hebreos, exterminando los koljoses, que tanto conmueven al general de ejército con el pie en el estribo desde Mabay.

Cuba va camino del holocausto, víctima del exterminio de los acorralados zares de Siboney, que duermen con la 45 debajo de la almohada y sendas balas en el directo; en otro baldío simulacro pues quien se suicida no lo anuncia; excepto Eduardo Chibás y Salvador Allende, aunque toda inmolación es un acto de fe culposo.

En todo genocidio también mueren los ricos; que son los que más tienen que perder; con el dólar estadounidense camino de los 300 pesos en Navidad, y el miedo, la avaricia y la incoherencia son de tal calibre, que resulta improbable la movilización de un miembro o grupito de la casta dominante que se adelante y degüelle a sus cúmbilas; predibujando una indeseable noche de San Bartolomé, porque no tienen garantías de triunfo ni salvación y el miedo es tan humano como la rabia.

El comandante en jefe superó el Período especial con el truco de concesiones temporales y aplastamiento gradual de cucarachas, como anunció desde la prisión en Isla de Pinos en carta a Melba Hernández; repican heraldos y querubines para espantar el pánico que corroe a la dictadura más antigua de Occidente; ya cegata y sorda, como el capitán del Titanic y sin la habilidad política de Antonio Maceo para fingir un eterno Baraguá, mientras negociaba su salvoconducto.

¿Qué opinas?

VER COMENTARIOS (2)

Archivado en:

Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada