La Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) detuvo a un grupo de balseros que saltaron al mar desde una embarcación cerca de los Cayos de Florida en otro incidente de la imparable ola migratoria de cubanos.
En un mensaje oficial la USCG dijo que sus cuadrillas impidieron que una operación de migración ilegal llegara a Estados Unidos sobre las 8:30 am, del viernes, por Marathon.
"Varias personas saltaron al agua y fueron rescatadas de manera segura. No se informaron problemas médicos", indicaron desde la USCG en Twitter.
La información es breve y no detalla la nacionalidad de los balseros detenidos, ni las razones por las que los inmigrantes ilegales se lanzaron al agua poniendo en peligro sus vidas.
En las imágenes compartidas por la USCG se observan al menos seis hombres que fueron rescatados nadando en aguas abiertas.
Este sábado se reportó otro intento de entrada ilegal por mar a territorio estadounidense. La USCG reportó que la tripulación de la estación de Fort Lauderdale detuvo frente a Dania Beach, a un grupo de inmigrantes ilegales, alrededor de las 8:15 am.
Las autoridades estadounidense han pedido a los inmigrantes que no se aventuren a intentar llegar por mar porque los casos detectados serán detenidos y muy probablemente repatriados.
Este miércoles la USCG, la Patrulla Fronteriza y otras agencias federales se unieron en un operativo que detuvo un barco de contrabando que transportaba inmigrantes cubanos. La captura de los inmigrantes ocurrió en los alrededores de Rodríguez Key, al este de Key Largo, a las 2:30 am.
Las autoridades estadounidenses advirtieron que mantendrán la investigación abierta sobre estos casos de tráfico ilegal de personas en el Estrecho de la Florida.
Este viernes se reportó la detención de otros tres hombres, residentes en Hialeah, que fueron acusados de contrabando de personas. Presuntamente secuestraron a inmigrantes cubanos, los tomaron como rehenes y pidieron un rescate de 15 mil dólares por ellos.
Los detenidos son Didier Pérez Pérez, Lester Leyniel Soca Díaz y Yoandy Alonso quienes transportaron a los cubanos a Florida por el condado de Monroe. Luego los escondieron en una casa en Hialeah y en ese domicilio los mantuvieron retenidos y amenazados con dejarlos en medio del mar si no pagaban.
La policía estadounidense logró desarticular la red de tráfico humano. Tuvieron la colaboración de una persona que dijo ser amigo de las víctimas y que fue quien los condujo al lugar de intercambio de rehenes con los contrabandistas.
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