APP GRATIS

Muertos vivientes de la revolución cubana

Muchos ex dirigentes y combatientes llevan en su pecado original la penitencia y así será hasta que mueran por vejez, enfermedad o ambas cosas.

Anciano cubano en la bahñia de La Habana © CiberCuba
Anciano cubano en la bahñia de La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 1 año

Un general de división (r) necesita un antibiótico, un ex ministro, pañales desechables, una ex miembro del Equipo de coordinación y apoyo del comandante en jefe, un complejo vitamínico para su anemia ferropénica crónica; son los abandonados a su suerte por la casta verde oliva y enguayaberada; servil y temerosa de los ancianos Raúl Castro y Machado Ventura, y despiadada con quienes suicidaron sus mejores años de vida, haciendo revolución.

Muchos ex dirigentes y combatientes de la revolución cubana llevan en su pecado original la penitencia y así será hasta que mueran por vejez, enfermedad o ambas cosas.; de aquella gloria conservan ademán y lenguaje ortopédico del Torquemada verde oliva que fueron; generando rechazo en sus oyentes, mientras que los más sensatos, quienes nunca se comieron el azúcar crudo y el agua sin mascar, reconocen y elogian la virtud de las nuevas generaciones que emigraron a playas de extravíos para salvarse y salvar a sus familias del hundimiento.

La pobreza crónica que ayudaron a implantar; convencidos que era el camino correcto, los golpea cotidianamente, con igual intensidad que a la mayoría de los cubanos; pero soportando la amargura de ser corresponsables del vendaval totalitario y sin rumbo; un hombre puede equivocarse y asumirlo, pero cuando su culpa engorda por el remordimiento de un desastre colectivo, no lo salva ni el médico chino.

Los más afortunados fueron aquellos con hijos y nietos emigrados, que se ocupan de cubrir sus primeras necesidades, mes tras mes; ya ni siquiera los que convirtieron sus buenas casas en alquileres turísticos pueden comprar pan con sosiego y, encima, deben mantener una imagen pública acorde con los principios de la revolución con más huérfanos del mundo, que ahora encumbra en los negocios a la generación de cadetes y camilitos prosirios; que le deben todo al general de ejército.

La justa rabia popular, incluida la de exiliados, emigrados y desterrados dirán ¡que se jodan! porque mientras nosotros estábamos padeciendo, ellos eran unos vivebien; circunstancia innegable, pero que no esconde el drama de quienes mataron al Espíritu Santo católico y luego tuvieron que hacer lo mismo con el comunista; como preludio del fin.

Los nuevos mandamases se comportan de manera despiadada con todos aquellos que ostentaron responsabilidades antes que ellos; con las excepciones conocidas de la guara del gallero en jefe, y ni siquiera los escuchan, pese a los esfuerzos de algunos por seguir contribuyendo a la ruina de Cuba con recetas caducas y medias verdades porque ninguno se atreve a reconocer, como Fidel Castro, que el comunismo es disfuncional; aunque lo hizo tardíamente y cuando ya solo era un jarrón chino reflexionante.

Una desventura del debate cubano es que los cantos de sirenas socialistoides parecen herejías ante la estupidez reinante y parte del público objetivo, incluidos opositores y gusañeros, corren a aplaudir una oración subordinada, en medio de la gran muela bizca y pretendida reformista, que no se atreve a meterle mano al carcinoma primario: el comunismo de compadres; siempre presto a fingimientos como el de Díaz-Canel con cubanos vinculados "afectivamente" al simulacro de las familias.

¿Acaso el resto de cubanos no tienen vínculos afectivos con su familia y amigos? Por la boca muere el presidente.

La soledad tiene muchas caras, incluido el silencio culpable; sobre todo, en una sociedad que aniquiló riqueza y pluralidad en pro de la causa que desvencijó a Cuba y sigue lanzando a hombres y mujeres por la borda; incluidos antiguos oficiales de cubierta que, cegados por el gran timonel, pusieron proa a la perdición.

¿Qué opinas?

VER COMENTARIOS (2)

Archivado en:

Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada