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Tardocastrismo recordista mundial en estupideces

La decadencia es imparable y contamina eslóganes y discursos de la dictadura más antigua de Occidente.

Cubano mendigo y enfermo en una calle de La Habana © CiberCuba
Cubano mendigo y enfermo en una calle de La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 1 año

El tardocastrismo produce una catarata de estupideces cotidianas, inversamente proporcional a su capacidad para resolver los problemas más acuciantes de los cubanos; a los que convoca a aprobar el Código de las Familias, con más de mil núcleos afectivos rotos por el encarcelamiento de sus hijos y nietos; y millones de hogares castigados por represión, hambre, dengue y apagones.

La coincidencia de la votación con tan dura crisis refleja la imprevisión política que aqueja a la dictadura más antigua de Occidente, que está echando el resto en su campaña a favor del sí; sin darle espacios a los defensores del no, como es habitual en sus desiguales batallas contra la racionalidad; y ocurrió en el reciente pasteleo de Díaz-Canel con representantes de lo que llamó vinculados "afectivamente" con la legislación en ciernes.

Nada más ridículo que esas poses de cariñitos a la sociedad escogida, a partir de su grado de abyección anticubana y simpatía con la casta verde oliva y enguayaberada; estremecida por el relato de Miguel Barnet sobre la canastilla bisexual que lo recibió cuando vino al mundo.

En paralelo, Bruno Rodríguez hizo el ridículo mundial al hablar de resistencia creativa ante Naciones Unidas; como singularidad de Cuba, donde el único aguante ingenioso es el que protagonizan los empobrecidos por el comunismo de compadres, que sigue apelando al embargo norteamericano; como parte de su cinismo crónico.

Por la boca muere el presidente: Habrá más felicidad, en la medida en que avancemos más y la población siga siendo protagonista, dijo Díaz-Canel en el capitalino barrio "La Guayaba". ¿De qué felicidad habla el mandatario?, cuando la triste realidad que acompaña su mandato es la infelicidad de la mayoría de los cubanos.

Morales Ojeda: "Aunque aquel 5 de septiembre, Cienfuegos quedó aislada en la sublevación, dejó para la historia una lección de alto valor simbólico: la determinación de un pueblo a enfrentar un sanguinario ejército". Igualitico que el 11J, idiota.

Manuel Marrero Cruz: el sector se propone desarrollar otras modalidades turísticas, entre ellas la cultural y patrimonial, histórica y de salud. Las potencialidades del agroturismo y sus aportes a los esfuerzos por avanzar en la producción de alimentos, así como la existencia de escenarios importantes para el turismo de aventuras.

Como revelan sus propias palabras, el primer ministro fue designado por su condición de guataca del fallecido Luis A. Rodríguez López-Calleja; la cultura y el patrimonio cubano están en vía de extinción; hablar de turismo de salud en medio del pico de dengue, con hospitales deguazados; y de producción de alimentos cuando más hambre están pasando los cubanos es un insulto a la inteligencia.

Aunque Marrero acertó de pleno con lo del turismo de aventuras; donde Cuba puede ofrecer un emocionante catálogo a los visitantes extranjeros, sin tener que desplazarlos a sitios remotos como Baracoa, Viñales o Trinidad; bastarían una degustación de pan de yuca de Casimiro, coger una guagua, soportar un apagón de media jornada y beber agua de la pila. ¡Menudo paquete!; con la ventaja de regalar, a quien lo contrate, un disco compacto con la tonada de Adelante la heroica guerrilla...

Carlos Fernández de Cossío: las causas de la estampida migratoria cubana son: el embargo económico, la tendencia estadounidense a aceptar a cubanos que llegan a sus fronteras y un quinquenio de incumplimientos de acuerdos migratorios por parte de Estados Unidos.

A ver, vicecanciller de la obviedad, ¿por qué no se atrevieron a lanzar la avalancha migratoria contra el presidente Donald Trump, el incumplidor de dichos pactos migratorios? Del resto de sus mentiras, ya se ríen los cubanos sensatos, cada vez que abre la boca o tuitea.

Nada más revelador que leer la cascada de embustes cínicos de los bobos solemnes que pueblan el Palacio de la Revolución y aledaños para descubrir su condición miserable, su pasión por el ridículo perenne y su grandioso desprecio a los cubanos, que este viernes tendrán la enorme dicha de recibir la visita del primer ministro de Camboya, Samdech Techo Hun Sen, reino de rubíes, zafiros, casinos y unipartidismo de facto.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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