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Fallece el dramaturgo cubano Eugenio Hernández Espinosa, célebre autor de María Antonia

Uno de los dramaturgos cubanos contemporáneos más importantes, su obra se distingue por la exploración de la cultura popular y las tradiciones afrocubanas.

Eugenio Hernández Espinosa Foto © Facebook / La Casona De N Paz

Este artículo es de hace 1 año

El reconocido dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, autor de obras clásicas como María Antonia y Mi socio Manolo y figura imprescindible del teatro cubano contemporáneo, falleció este viernes en La Habana a los 85 años, confirmaron fuentes allegadas a CiberCuba.

Hernández Espinosa murió a consecuencia de un infarto en su casa de Infanta y Manglar, en la capital cubana.

Con su desaparición, se va uno de los pilares históricos de la dramaturgia nacional y una personalidad trascendental de las artes escénicas cubanas por las últimas cinco décadas, reconocido por textos que exploran la cultura popular y las tradiciones afrocubanas con un profundo sentido de lo cubano. Su labor se extendió también a la dirección teatral y la docencia.

Nacido en la barriada de El Cerro, en La Habana el 15 de noviembre de 1936, Hernández Espinosa, nutrió su infancia y primera juventud en el seno de una poderosa comunidad afrodescendiente, una experiencia que va a ser decisiva para su obra artística y su posterior desempeño en la vida.

Realizó sus estudios primarios en una escuela adventista y en 1951 ingresó en la Escuela Superior 18, anexa a la Escuela Normal de La Habana. Luego cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficios, mientras se desempeñaba como talabartero y recibía clases de secretariado en una escuela pública.

En 1953 escribió sus primeras piezas teatrales, nunca publicadas, incorporando la tradición sincrética cubana de su etapa formativa.

Pero el punto de despegue en su carrera se producirá en 1960, cuando recibió una beca para incorporarse al ya histórico Seminario de Dramaturgia, organizado por el Teatro Nacional de Cuba y bajo el magisterio de personalidades como Alejo Carpentier, Manuel Moreno Fraginals y el dramaturgo argentino Osvaldo Dragún.

A su autoría se deben hitos del repertorio teatral cubano como Maria Antonia (1964), Mi Socio Manolo (1971), Calixta Comité (1969), La Simona (1973), Obba y Changó (1980), Emelina Cundiamor (1987), Oyá Ayawá (1991), Alto riesgo (1999), Quiquiribú Mandinga (2001) y Las lamentaciones de Obba Yurú (2006), algunas de ellas adaptadas como espectáculos danzarios.

Muchas de sus piezas teatrales fueron montadas por los grupos principales del país y adaptadas al cine y la televisión. También subieron a los escenarios de España, Francia, Argentina, Canadá, Estados Unidos, México Venezuela, Martinica y Guadalupe.

Su obra La Simona le confirió el Premio de Teatro del concurso Casa de las Américas en 1977. Formó parte de los jurados de ese prestigioso premio literario, del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y del Concurso de Literatura de la UNEAC.

Pero sin dudas, su creación de máxima trascendencia artística, impacto popular y universalidad es María Antonia, un drama que indaga en los estratos de marginalismo y violencia de la sociedad cubana a través del temperamento, las creencias de santería, la sensualidad y la pasión amorosa de una mujer marcada por un destino trágico. María Antonia es un símbolo de la idiosincrasia nacional y un clásico para todos los tiempos: una huella inconfundible de identidad.

En 1990, el realizador Sergio Giral llevó la pieza teatral al cine, reactivando los valores dramáticos del conflicto desde una perspectiva de actualidad.

Hernández Espinosa recibió el Premio Nacional de Teatro en 2005, la más alta distinción de la escena cubana, por su desempeño en la dirección general y escénica de la compañía Teatro Caribeño.

En 2020 obtuvo el Premio Nacional de Literatura y se le dedicó la 29 edición de la Feria Internacional del Libro.

Fue representante del Consejo Nacional de las Artes Escénicas en CARIBNET y miembro del Grupo de Expertos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y del Consejo Nacional de la UNEAC.

Días antes de su muerte, Hernández Espinosa figuró entre los firmantes de la polémica carta de la UNEAC, donde esa entidad niega la represión contra los manifestantes pacíficos que exigían en La Habana el restablecimiento de los servicios de electricidad y agua. Su nombre figura en el listado del portal oficialista La Jiribilla, en el número 35.

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