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Bibliotecario de iglesia católica lleva dos meses preso en Holguín 

El religioso fue detenido violentamente cuando iba a misa y estuvo 13 días sin visitas ni abogado en instrucción penal.

Marcos Antonio Pérez Cruz © Cortesía de la familia
Marcos Antonio Pérez Cruz Foto © Cortesía de la familia

Este artículo es de hace 1 año

El joven católico holguinero, Marcos Antonio Pérez Cruz, espera juicio en la Prisión Provincial de Holguín luego de ser detenido con violencia el 21 de agosto pasado en el parque San José, donde se encuentra la diócesis homónima.

De acuerdo con su madre, Enelia Cruz Cabrera, el religioso, de 26 años y hasta hace poco trabajador de la Biblioteca Diocesana Bernardo Fernández, se dirigía a la misa de las 6:00 de la tarde cuando los oficiales de la Seguridad del Estado –nerviosos entonces por las protestas en Nuevitas– lo interceptaron amparados por la total impunidad de la que gozan.

“Salió de aquí de casa a las 5:30, me dijo ‘Mima, voy a la misa’. No regresó y me extrañó porque mi hijo no se queda fuera de la casa. Él va a misa y regresa. Yo, desesperada porque no sabía dónde estaba mi hijo, ese domingo arranqué y me fui en busca de él por los hospitales”, dijo la madre a CiberCuba.

Dos días pasaron sin que Enelia supiera el paradero de Marcos Antonio, y semanas para conocer qué sucedió con el menor de sus cuatro hijos aquel domingo de agosto.

El arresto

Al llegar al parque, unos hombres le pidieron su carné de identidad, pero, al ver que no llevaban uniforme ni mostraron identificación, el religioso se negó a entregar su documento.

La reacción de los oficiales fue violenta. Lo arrastraron y lo golpearon en la cara, a mano abierta. "Entre cinco lo introdujeron en un auto de la Seguridad del Estado. Le dieron un golpe en el ojo (se lo dejaron morado durante varios días) y él gritó: 'Abajo la dictadura'", dijo a este sitio de noticias una persona cercana a Marcos Antonio que no quiere ser mencionada por temor a represalias.

Al frente, "El Angelote" de bronce y mármol que desde 1912 rinde homenaje a los mártires de las Guerras de Independencia. A un costado, la iglesia San José; y al otro, las oficinas de la Seguridad del Estado donde el 11J el pueblo les gritó "Holguín no tiene miedo". Como colofón, un busto del Padre de la Patria, el mismo que liberó a sus esclavos para lograr una independencia hoy secuestrada.

Lo llevaron para la unidad policial conocida como El Anillo, en las calles Narciso López y Martí, donde estuvo una hora y media y "se violó su derecho de realizar una llamada para avisar de su situación a su familia", refrendado en el artículo 95 de la Constitución de la República de Cuba, agrega la fuente.

Luego lo trasladaron a instrucción penal, popularmente conocido como "Todo el mundo canta", y allí "fue sometido a torturas psicológicas", asegura la fuente. Lo acusaron de desacato y desobediencia, delitos por los que podría enfrentar 5 años de cárcel, de acuerdo con el Código Penal vigente.

La búsqueda

Buscando a su hijo, Enelia fue al Hospital Provincial Universitario Vladimir Ilich Lenin, donde la atendió un oficial de apellido García, de quien no recuerda el nombre. También llamó al Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín, a la Tercera Unidad de Policía y a El Anillo.

En esta última la atendió el mismo oficial de apellido García, quien le aseguró que su hijo nunca había estado ahí ni en ningún otro centro de detención y se negó a radicar una denuncia para localizar al joven hasta cumplirse las 72 horas de su desaparición.

Esa noche no pudo dormir y el día siguiente lo dedicó por completo a recorrer y llamar a centros de salud y de detención. “Me volví más loca, me puse a llorar porque, imagínese usted, mi hijo, desaparecido desde el domingo, y el lunes el día enterito y la noche”, recuerda la señora.

Finalmente, el lunes a las 8:00 de la noche, Enelia regresó a la unidad El Anillo y pudo radicar la denuncia de desaparición y a las 9:03 publicaba una súplica en su perfil de Facebook:

Captura de Facebook / Yasmanis Martín Cruz

“Por favor, a todos mis amigos, amigas. Si han visto a mi hijo, Marco Antonio Pérez Cruz, por favor, llámenme. Desde ayer salió para la misa en la iglesia del parque San José, aquí en Holguín, y no ha regresado a casa. Por favor, estoy desesperada, ya puse la denuncia. Ayúdenme a encontrar a mi niño lindo”, escribió y dejó su número para que la contactaran con cualquier noticia del paradero de su hijo.

Sin visitas y sin asistencia letrada

El martes 23 de agosto a las 7:30 de la mañana, Enelia recibió una llamada donde le informaron que Marcos Antonio se encontraba detenido en instrucción penal, ubicado en las afueras de la ciudad.

Al llegar allí, le notificaron que su hijo estaba acusado por desobediencia y desacato y que a partir de ese momento podría nombrar un abogado para su defensa. Habían transcurrido más de 38 horas, lo cual constituye una violación del debido proceso.

También le informaron que no podía verlo y que debía esperar hasta el próximo lunes 29, día en que le correspondía visita familiar, la cual nunca sucedió. Lo mismo le dijeron al abogado. “Pero no tanto eso, yo fui a ver al oficial García. Él mismo, personalmente, fue a los calabozos y me dijo que mi hijo no estaba ahí”, lamenta la madre quien se sintió engañada.

Cuando volvió una semana después a Instrucción Penal, la visita había sido cancelada porque, supuestamente, su hijo había contraído COVID desde el jueves 25. En total, Marcos no vio a su madre ni contó con asistencia letrada hasta 13 días después del arresto. “Yo no pude ver a mi hijo el día primero [de septiembre] que fue su cumpleaños y mi hijo lo pasó trancado en un calabozo porque decían ellos que tenía la COVID”, lamenta.

En realidad, el joven ha estado aislado dos veces. La segunda vez fue hace poco más de una semana cuando lo trasladaron a la Prisión Provincial, donde estuvo confinado los ocho primeros días como medida de contención de coronavirus, según le explicaron los guardias a la madre.

De los 60 días que ha estado tras la rejas, 21 ha permanecido en aislamiento.

¿Por qué está preso Marcos Antonio?

De acuerdo con varias fuentes consultadas por CiberCuba, Marcos es conocido por ser un joven tranquilo. Su madre no se cansa de repetir que “es un muchacho bueno y respetuoso que ayuda a todo el mundo”.

Marcos, quien ha dado clases en la enseñanza primaria y cuidado ancianos, “tenía el sueño de convertirse en sacerdote”, dijo la madre quien resaltó que es el único con fe religiosa en una familia revolucionaria y con vínculos militares.

También el joven sufre de trastornos de la personalidad con intentos suicidas y a Enelia le preocupan la tristeza y la ansiedad que ve en los ojos de su hijo cuando ha podido visitarlo en prisión.

Un amigo del joven lo describe como un “trabajador incansable, muy entregado a la promoción de la lectura”; otro allegado destaca su inteligencia y su vasta cultura. A todos les resulta difícil comprender la situación en la que se encuentra Marcos Antonio, preso por motivos políticos.

Desconocen qué pruebas tiene la Seguridad del Estado en contra del religioso. ¿Lo habrán confundido con alguien? ¿Acaso es delito exigir documentos de identidad a hombre sin uniforme que dicen representar la ley? ¿Causó molestia alguna denuncia u opinión crítica del joven sobre el régimen en sus redes sociales?

Todo es una incógnita, excepto la certeza de que en Cuba, al no existir la presunción de inocencia ni el respeto a la ley, los represores gozan de impunidad y pueden encarcelar a cualquier persona.

La semana pasada, el profesor de Historia, Pavel Grave de Peralta, y su alumno Daniel Pupo permanecieron tras las rejas durante dos días, por escuchar al grupo de rap Los Aldeanos en el parque Calixto García de la misma ciudad. Ambos fueron liberados tras una campaña de exalumnos en redes sociales y en las dependencias de la Seguridad del Estado.

Cuatro días antes y frente a otra plaza holguinera conocida como parque de las flores, un joven fue detenido de forma violenta por una decena de policías, mientras se manifestaba pacíficamente y en solitario a la entrada de la tele emisora estatal Tele Cristal. Aún no se han podido confirmar su identidad ni su paradero.

A lo anterior se suman los cerca de 1,000 presos políticos tras las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio de 2021, de la convocatoria a la marcha cívica del 15N y de las cada vez más frecuentes protestas a lo largo del país, en las que Nuevitas y La Habana se han llevado la cuota más alta de represión.

Marcos es, apenas, una víctima más de la paranoia estatal y del secuestro de las garantías y libertades fundamentales en Cuba.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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