El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez está empeñado en quitarle el puesto a Pánfilo (Luis Silva) como mejor humorista de Cuba y, cuando se inspira, provoca carcajadas a granel.
Hablar de elecciones en Cuba es una broma colosal porque los votantes no pueden elegir entre diferentes opciones políticas, solo votar a un candidato u otro nominados por la maquinaria anticubana al servicio de la casta verde oliva y enguayaberada.
Entre los designados este domingo hay personas valiosas, incluso ilusionadas -especialmente los novatos- con cambiar las cosas; hasta que descubren que el delegado del Poder Popular no tiene poder ninguno y mucho menos popularidad, pues son el parabán más inmediato para darle vaselina a los empobrecidos votantes, aplastados por la falta de comida, medicinas, agua, luz, calles seguras y aseadas, etcétera.
Un delegado no tiene presupuesto ni autoridad suficiente para hacer el bien a sus vecinos, por tanto, se limita a ser mero buzón de quejas y sugerencias que, como ocurre en Cartas al Director (Granma) y Acuse de recibo (Juventud Rebelde) se repiten durante años, con escaso nivel de solución.
El proceso electoral ratifica que Cuba mantiene su estabilidad política y social, soltó Díaz-Canel, en otro de sus frecuentes actos fallidos, pues la jornada de este domingo no evaluaba legitimidad o permanencia de la dictadura más vieja de Occidente, solo designaba a los cargabates de Birán, S. A. y -si tan fuerte está la baba sin quimbombó- por qué los mayorales de ETECSA dieron tafia a Internet en los días previos a la gran fiesta comunista del domingo y la Seguridad del Estado acosó a opositores y promotores de la abstención.
Estamos eligiendo a nuestros representantes en los órganos del municipio, principal estructura de gobierno del país. ¡Tremendo disparate! El municipio es la administración más cercana a los ciudadanos en cualquier parte del mundo, pero nunca la más importante que, en el caso de Cuba, son la cúpula militar-empresarial-comunista y los consejos de Estado y de Ministros.
Los delegados abordan y aprueban los programas de desarrollo en función de las prioridades del país: si tanta mentira fuera verdad, los pueblos y barrios de Cuba estarían todos igual o mejor que la circunscripción 57, en el habanero municipio Playa, donde reside la segunda familia del país.
Cuenta Cubadebate que Díaz-Canel enfatizó en la necesidad de articular los mecanismos mediante los cuales el pueblo participa y se toman decisiones a partir de las propuestas, críticas y debates que se hacen a nivel popular. Pinocho, Cantinflas y Don Ramón Grau San Martín se revolverán de envidia leyendo tamaña guayabita del Ñato.
Que nosotros hagamos esto demuestra que Cuba sigue su camino sin detenerse, y tanto, presidente, con usted el vértigo está asegurado. Su principal mérito es la ocurrencia perpetua desde que -traicionándose a sí mismo- permutó el socialismo próspero y sostenible por la resistencia creativa, una vez que se sintió casta.
Y evite negar su condición de brahmán porque fue usted quien ordenó una guerra civil entre cubanos, estrenando al FARINT en la represión popular; y la élite tardocastrista no comparte colas ni fatigas con el pueblo en las tiendas dolarizadas por su gobierno para tener que alimentarse, hidratarse y curarse.
¿Cuántos familiares suyos están presos por el 11J o fueron apaleados por las Tropas Especiales, quién de su familia ha emprendido la "ruta de los volcanes" o se ha lanzado a la mar en balsa?
Socialismo no es igualitarismo, pero usted no es socialista ni lo será nunca, es solo uno de los mayorales de Raúl Castro Ruz, que todavía estará riéndose, al verlo aparecer con gorra bolchevique en la patria de Mao Tse Tung. ¡Con lo bien que se llevaban esos muchachos!
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