El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió por teléfono una hamburguesa en el restaurante local Ghostburger y dejó boquiabierta a la empleada que recogió el pedido.
"Ayer pedí una hamburguesa con queso y tocino en un restaurante local para celebrar las más de 10 millones de solicitudes nuevas para pequeñas empresas durante mi presidencia. Puede que haya pillado a Brittany con la guardia baja", dijo Biden.
Brittany Spaddy debía descansar el martes, pero sus jefes la convocaron a trabajar porque esperaban que una persona importante visitara el local. Sin embargo, todo respondía a un plan de la Casa Blanca con Josh Phillips, cofundador de Ghostburger, para que ella atendiera el singular pedido.
Spaddy no tenía idea de quién la llamaría pero al descolgar el teléfono de inmediato reconoció la voz del presidente Biden.
"Escuché la voz y dije: ¡De ninguna manera! ¡De ninguna manera! ¡De ninguna manera!", comentó la joven y confesó que se puso muy nerviosa para tomar el pedido, pero sacó su lado profesional y lo logró.
Biden pidió una hamburguesa con tocino y sin queso ni “salsa espeluznante” que terminó siendo para él y una hamburguesa con queso, pero sin salsa, que fue luego reclamada por su vicepresidenta Kamala Harris, según se pudo ver en una imagen compartida en Twitter por el presidente.
Ambos eligieron papas fritas onduladas y se mostraron risueños ante las cámaras comiendo en la Casa Blanca desde donde compartieron el video de la llamada a Ghostburger.
Tras las risas y el divertimento de ver al presidente de Estados Unidos pidiendo por teléfono comida rápida para llevar, hay también un claro llamado de atención sobre el programa económico de su administración, con el objetivo de destacar el apoyo que han dado durante su mandato a las pequeñas empresas y comerciantes.
Biden dijo que Ghostburger era “uno de los 10.5 millones de pequeñas empresas que solicitaron comenzar durante esta Administración”.
Washington Post destacó que tras dos años de la administración actual, todavía hay muchos restaurantes de DC no han sentido todo el apoyo de Biden que esperaban.
Curiosamente el demócrata no es el primer presidente que pide comida rápida. Su antecesor Donald Trump también lo hizo en 2019, en este caso para recibir en la Casa Blanca a jugadores del equipo de fútbol americano universitario Clemson Tigers.
Aprovechó esta estrategia de comunicación en los medios y redes sociales para atraer las miradas críticas y desviarlas hacia las presiones de los demócratas que querían causar un cierre parcial del gobierno.
"Debido a que los demócratas se niegan a negociar sobre la seguridad fronteriza, gran parte del personal de la residencia en la Casa Blanca está en licencia, por lo que el presidente pagó personalmente el evento para que sea atendido con algunas de las comidas rápidas favoritas de todos", aseguró el subsecretario de prensa Hogan Gidley en aquel momento.
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