Javier Enrique Pino Burgos, uno de los tres estudiantes heridos tras el derrumbe de un mural en Sancti Spíritus el 6 de enero mientras participaban de una actividad política, cuenta que no hicieron nada especial sobre el muro siniestrado.
Asegura que uno de ellos se recostó para hacerse un selfie y que fue suficiente para el grave desplome de parte de la estructura.
El daño mayor lo recibió Manuel Enrique, el estudiante que estaba sentado en el suelo en las inmediaciones del mural, que sufrió daños en la columna vertebral.
“Estábamos esperando la caravana y nos dice el profesor que nos echáramos para atrás, porque los carros estaban pasando muy rápido. Nos fuimos a buscar sombra, porque en la acera había sol igual y uno va y se sienta en los ladrillitos esos que hay en el piso”, explicó el estudiante en declaraciones a la periodista Dayamis Sotolongo para el medio local Escambray.
“Manuel estaba sentado; yo, parado cerca de él, de frente, pero no mirando para el mural y, el otro, Lázaro, fue a tirarse una foto […] se recostó y ya, nos cayó todo arriba. Él lo que hizo fue poner la mano”, añadió el adolescente, que tiene inmovilizada su pierna izquierda debido a una fractura expuesta de tibia.
Javier detalla que luego del derrumbe el profesor de Biología y el director de la escuela le quitaron una gruesa piedra de encima y lo movieron para una zona más segura. Rápidamente los tres heridos fueron hospitalizados y el Ministerio del Interior (MININT) abrió una investigación sobre el incidente.
Mural precedido de polémica
Adosado a la tapia de la Empresa Militar Industrial (EMI) Coronel Francisco Aguiar Rodríguez, el mural -llamado “Resistencia” y hecho de ladrillo, cemento y otros materiales- ya venía precedido de polémica por su autoría y sobre todo por su ejecución, que al parecer estaba incompleta en el momento del trágico suceso por problemas con los pagos a la mypime encargada del proyecto.
El mural -valorado en 843 mil pesos- comenzó a erigirse hace poco menos de un año a partir del proyecto de los artistas Alexander Hernández Chang y Jorge Luis López Álvarez. No obstante, posteriormente Hernández Chang aseguró que era un diseño totalmente suyo.
La obra recibió la autorización del Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental para emplazarla en dicho lugar y fue la mipyme Baraka Servicios Construcción S. R. L, la contratada por la Unidad Presupuestada de Servicios Comunales de Sancti Spíritus para encargarse de la ejecución del proyecto.
Debido a atrasos en el segundo corte de pago, por más de 317 mil pesos, la entidad estatal fue demandada ante la Sección Mercantil del Tribunal Municipal de Sancti Spíritus. Al decir de un funcionario local al no estar acabada la obra, no se pudo emitir un "certificado de calidad".
La ejecución del mural artístico lleva paralizada alrededor de dos meses -es decir anterior al grave incidente que acabó con tres menores heridos- debido fundamentalmente a falta de recursos.
Aldo Reyes Rodríguez, jefe de un organopónico cercano al lugar del accidente, advierte que es visible en estos momentos cómo la obra se ha ido despegando de la tapia, algo que lo lleva advertirle a los transeúntes que cojan por la acerca de enfrente, pues considera que la zona sigue siendo peligrosa.
Estudiantes heridos
Lázaro Enmanuel Cabrera Pérez, Javier Enrique Pino Burgos y Manuel Enrique Cancio Amador fueron los tres adolescentes que resultaron lesionados tras el derrumbe parcial del mural mientras esperaban el 6 de enero el paso de la Caravana de la Libertad, destinada a recrear el avance de Fidel Castro hacia La Habana en 1959.
Trabajadores y estudiantes de décimo grado del Preuniversitario Urbano (IPU) “Honorato del Castillo” se encontraban situados en la acera junto a la tapia cuando se desprendieron súbitamente materiales constructivos del mural adosado a la tapia.
Manuel Enrique Cancio Amador -el adolescente que llevó la peor parte en el incidente- se recupera de una operación de la columna vertebral a la que fue sometido el pasado 16 de enero para la restauración de las vértebras lumbares L-3, L-4 y L-5, dañadas por los escombros que cayeron sobre su cuerpo.
En días recientes el neurocirujano Ángel Serafín Camacho Gómez dijo que, pese a que el menor se recupera satisfactoriamente de la operación, las lesiones que sufrió son traumáticas, lo que implica un proceso de recuperación que será "largo y doloroso".
Los otros dos estudiantes ya recibieron el alta médica.
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