El Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pronosticó una menor disponibilidad de alimentos en Cuba en 2023, asociado a la disminución de la productividad, de las importaciones y a la elevada inflación en el país.
Se prevé que continúe la tendencia a la baja de las plantaciones en la primera campaña de siembra menor de 2023, explicó el Sistema Mundial de Información y Alertas sobre la Alimentación y la Agricultura (GIEWS, por sus siglas en inglés), perteneciente a la FAO, el primer boletín del año sobre Cuba.
Agregó que la importación de cereales estará por debajo de la media en la campaña 2022/23; y la elevada inflación limitará gravemente el acceso a los alimentos.
De acuerdo con esa entidad, la superficie sembrada de arroz en la primera campaña del año disminuirá por cuarto año consecutivo y se mantendrá en niveles inferiores a la media debido a la persistente falta de insumos agrícolas.
"En Pinar del Río, una de las cuatro principales provincias productoras de arroz, el bajo nivel de siembras se debe también a los daños causados al sistema de riego por el huracán Ian en septiembre de 2022", precisa el documento.
Por otra parte, en el periodo de febrero a marzo se pronostica sequía en la parte occidental del país, lo cual podría limitar el potencial de rendimiento de los cultivos.
El documento también refiere que en Cuba han disminuido las necesidades de importación de cereales y hasta julio de 2023 se prevén a un nivel inferior a la media de 1,6 millones de toneladas, debido al descenso de la población desde 2019.
Sin embargo, esa disminución no significa que haya suficiente cereal disponible, sino que la comparativa responde a cifras de importaciones de cereales de la campaña 2021/22, las cuales se habían situado muy por debajo de la media por los elevados precios internacionales de los cereales y la baja capacidad de importación del país.
A ese contexto se suma la elevada inflación alimentaria que "limita gravemente el acceso a los alimentos" en la isla, indica la FAO.
Afirma que la llamada Tarea Ordenamiento provocó la devaluación de la moneda nacional en un 96% y disparó la inflación. La situación no se ha estabilizado a pesar del aumento en el arribo de turistas en 2022, que aumenta las reservas de divisas, subraya.
"Las tasas anuales de inflación de los alimentos se estimaron oficialmente en un 114% en 2021 y en un 63% en noviembre de 2022. Los elevados precios de los alimentos han erosionado gravemente el poder adquisitivo de los hogares vulnerables, limitando su acceso a los alimentos", destaca.
"La disponibilidad de alimentos en los mercados locales ha ido disminuyendo desde 2019 debido al bajo nivel de producción nacional y a las importaciones. Además, la capacidad del país para importar productos alimenticios y combustibles esenciales se vio limitada por el alto nivel de los precios internacionales, con efectos agravantes sobre el suministro interno", puntualiza la entidad de Naciones Unidas.
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