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Se acabaron los guapos en Yateras

El monopolio de la fallida GAESA -atiborrada de tecnócratas y relativistas morales que juegan al capitalismo con dinero y propiedades de Cuba- ha provocado mayores subdesarrollo, dependencia de Estados Unidos y la solidaria emigración e injusticia social.


Este artículo es de hace 1 año

La suspensión de pagos del sector turístico confirma la gravedad de la crisis sistémica del comunismo de compadres y acaba con el mito de los guardias como buenos gestores, pero las causa del actual desastre están en el desequilibrio provocado por Raúl Castro y la cobardía de Miguel Díaz-Canel para acometer la urgente desmilitarización de la economía cubana.

El monopolio de la fallida GAESA -atiborrada de tecnócratas y relativistas morales que juegan al capitalismo con dinero y propiedades del pueblo de Cuba- ha provocado mayores subdesarrollo, dependencia de Estados Unidos y la solidaria emigración e injusticia social; pero Díaz-Canel sigue sin enterarse y salta de una frivolidad a otra; cual Peter Pan de la Ñico López y el Colegio Nacional de Defensa.

Los empresarios con botas son profundamente insolidarios con el pueblo cubano, al que dicen defender, pero siguieron construyendo hoteles de lujo a ritmo de contingente; mientras cientos de ciudadanos morían asfixiados por falta de oxígeno en los hospitales; durante la pandemia de coronavirus.

Aun cuando se trate de operaciones de lavado de dinero en activos inmobiliarios de lujo; como sugieren analistas económicos, todo inversionista apuesta por recuperar su inversión más el dividendo pactado y no siempre se cumple la regla capitalista que donde más riesgo hay se obtienen mayores ganancias.

Elegir siempre resulta angustioso; ahí nace o muere la libertad; pero ¿quién defiende a los cubanos de la casta verde oliva y enguayaberada?

La lealtad y agradecimiento a Raúl Castro no pueden seguir sirviendo de excusas a Díaz-Canel para incumplir su obligación de gobernar y servir a los cubanos, a los que prometió socialismo próspero y acabó lapidándolos; ordenando una guerra civil y empobreciéndolos.

El 11J dibujó una Cuba diferente; reto respondido por la dictadura más vieja de Occidente, con palos y cárcel, pero que no resolvió el conflicto y la nación está ahora peor que entonces.

La apaleada y perseguida oposición no debe entrar al juego de la importación de modelos ajenos como China, Rusia y Viet Nam; si en 1989, Fidel Castro rechazó la Perestroika y Glasnot porque su revolución no debía nada al Ejército Rojo; igual razonamiento vale para las maniobras extranjerizantes de unos y otros.

China, Rusia y Viet Nam son modelos dictatoriales, que pactaron con el decadente Occidente, ser mercados emergentes y mano de obra barata, a cambio de seguir bajo botas comunistas.

Si algunos ilusos apuestan por renunciar a la democracia a cambio de llenar bodegas, iluminar la isla y llenarla de carros cómicos; solo conseguirán perpetuar el injusto modelo de la casta verde oliva y enguayaberada rica y la mayoría empobrecida.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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