Orlando Leguen Quiala, natural de Guantánamo y residente en los últimos años en Uruguay, se encuentra varado en la frontera de México con Estados Unidos, y escapó de un secuestro donde intentaron robarle el pasaporte y otras pertenencias.
El cubano se encuentra en el refugio "Senda de Vida", en Reynosa, estado de Tamaulipas, luego que un líder religioso le salvara la vida.
"Ellos (los secuestradores) querían mi pasaporte, me lo retiraron, pero cuando salí corriendo me dio tiempo a cogerlo. Solo llegué con la mochila vacía", contó Quiala a Radio Televisión Martí.
Como el resto de los casi mil migrantes que residen en ese refugio, el cubano intenta obtener una cita a través de la aplicación CBP One, la única manera de entrar a Estados Unidos y pedir asilo; algo que ahora mismo resulta extremadamente difícil.
"La esperanza nunca la he perdido, pero esa señora, o no nos quiere o se va; y comprarla es difícil", confesó con pesar. "En días como hoy solo quiero estar en la cama, debajo de la colcha y esperar a que amanezca otro día".
Como parte del proceso que vive Quiala, la frustración y el desespero por lo que será se suman al arrepentimiento de haber dejado a su hijo y su madre en Cuba.
"Estoy viendo a padres que pudieron traer a sus hijos, pero a mí no me tocó eso. Traer a mi familia iba a ser más imposible que cualquier cosa", agregó.
Quiala relató que el 11J su hijo por poco termina preso porque fue uno de los miles de cubanos que salió a la calle pidiendo cambios en el país.
"Esa era la esperanza que tenía todo el mundo. Estaba en Uruguay en ese momento y tenía la esperanza de que cambiara el sistema", dijo.
Desde que Estados Unidos anunció la aplicación del programa de parole humanitario, que beneficia a cubanos, haitianos y nicaragüenses, el flujo de inmigrantes por la frontera sur ha disminuido considerablemente, aunque muchos como Orlando Leguen Quiala se quedaron varados sin poder cruzar, a expensas de que ser deportados a Cuba.
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