Aún resuenan los demoledores golpes sobre el ring de José Gómez, campeón olímpico de Moscú 80 y Mundial de Belgrado 1978.
Sus espectaculares nocauts han sido admirados por millones de aficionados al boxeo; uno de ellos, su hijo, su continuador, Yoelvis Gómez, a quien tuve la oportunidad de conocer en Salas Boxing Academy, el gimnasio del entrenador cubano Ismael Salas en Las Vegas.
Tengo 25 años, mi división es las 154 libras, super walter y soy zurdo; mi pegada está en esa mano a diferencia de mi papá aunque él noqueba con las dos.
¿Qué golpes tiras?
Aparte del recto asumo el gancho y el swing. Tengo pegada; fíjate que de mis seis victorias en el boxeo profesional, cinco son por fuera de combate.
Tú no llegaste a la selección nacional de mayores. Yo recuerdo cómo se hablaba de ti como “otro José Gómez” pero sólo te vi aparecer en los juveniles.
Así es. Estuve dos años y medio en el CEAR “Cardín”. Fueron grandes momentos pues fui entrenado por una verdadera constelación de técnicos que más tarde abandonó, no sólo la selección, sino el país.
Humberto Orta, al frente de la preparación, el campeón olímpico Maikro Romero, el incansable Ernesto Aroche me inculcaron valores que hoy pongo en práctica; valores no solamente relacionados con el pugilismo sino con la vida. Ellos me enseñaron a ser todos los días un poco mejor.
¿Por qué no llegaste a la Finca donde entrena el equipo grande?
Yo veía más allá, busqué nuevos horizontes. Me fui en el 2019 por la trayectoria que miles de cubanos han elegido. Viví dos años en México y puedo asegurarte que nunca dejé de entrenar. A eso debo mi forma física y psíquica actuales.
¿Cuándo llegas a Estados Unidos?
En septiembre de 2021 y aquí estoy en Las Vegas en este gimnasio que es una gran escuela, bajo la mirada del propio Ismael Salas y de dos entrenadores más, el también cubano Yanier Lescay y el mexicano Fernando Díaz.
Observo un agradable ambiente de fraternidad. Nada más llegan, te saludan, te desean buena vida.
Eso lo establece Salas. Él inspira a todos y como él mismo dice “hago 36 sparring al día”; o sea, tiene tiempo para todos y somos 26. Yo me siento muy bien aquí. Se mantiene la esencia de la Escuela Cubana de Boxeo aunque mirando hacia el profesionalismo.
Sé que tienes una niña ¿vive aquí?
Lamentablemente no. Mi pequeña de seis años Anabel Nicolle aún está en Cuba. Mi sueño es tenerla conmigo.
Salas Boxing Academy ha sido el germinal propicio para un buen número de campeones del boxeo profesional: los cubanos Erislandy Lara y Yordenis Ugás, el británico Joe Joyce, el japonés Kazuto Ioka, el cubano americano Brian Mendoza y por supuesto, el bicampeón olímpico Robeisy Ramírez.
Yoelvis qué opinas sobre lo que le hicieron a Robeisy en Tokío, a raíz de ganar la pelea por el cinturón de su peso y le fuera impedido escuchar su himno o sacar su bandera.
Otra bajeza más; eso no tiene otro nombre. En nuestro país no resisten que los que decidimos darle un giro a nuestras vidas, triunfemos. Nos quieren quitar nuestro himno, nuestra bandera, nuestro escudo... ¡y eso es imposible porque somos cubanos!
En Cuba crecen médicos, maestros, ingenieros, deportistas desprovistos de libertad. Nosotros no solamente triunfamos sino que lo hacemos con libertad y siempre dedicándole nuestros éxitos al pueblo cubano; por eso ¡Patria o vida!
¿Tus sueños?
Además de tener a mi hija a mi lado, ser campeón mundial; ser una figura que inspire a las nuevas generaciones, que los niños me recuerden y se enorgullezcan de mí… poner el nombre de Cuba en alto aunque los que dirigen allí no lo quieran.
¿Qué opinas?
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