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Díaz-Canel saca pecho: "Seguimos compartiendo una canasta básica con todos"

"Hemos seguido manteniendo y desarrollando programas sociales que fueron diseñados por el comandante en jefe en otro momento de la revolución", dijo el líder de la "continuidad".


“Los que nos acusan de neoliberales deben informarse un poquito”, dijo el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel este lunes durante su comparecencia en la Mesa Redonda para abordar “la complejidad y desafíos del momento actual para la sociedad cubana”.

No le llamen neoliberal al primer secretario de Partido Comunista de Cuba, que se molesta, lo considera ofensivo. “Para uno, que tiene una convicción de construcción socialista, basada en la mayor justicia social posible, en defender la soberanía y en buscar prosperidad para toda la población, es ofensivo que se diga esto”.

Así que cero equivocaciones en el signo de sus políticas económicas: son socialistas, y no dejarán de aspirar al comunismo, aunque ahora exista propiedad privada en Cuba y empresarios que se pasan la política de precios del gobierno por el forro de sus bolsillos.

La creación de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) estaba contemplado desde el VI Congreso del Partido (2011), y se abordó en los siguientes, dijo Díaz-Canel. Si el régimen cubano ha tardado más de doce años en crear estos “nuevos actores económicos”, es porque no se fía de ellos, porque ha tenido que hacer encaje de bolillos para meter la cartera de negocios de GAESA en pequeños y controlados nichos de aperturismo.

“Si nosotros hubiéramos aplicado fórmulas neoliberales aquí hubiéramos resuelto los problemas del 1% de la población… y los demás, ‘sálvese quien pueda’. No, estamos en una situación muy difícil, pero seguimos compartiendo una canasta básica con todos… incluso con los que no les hace falta”, dijo el magnánimo gobernante sacando pecho.

O intentando, porque sacó más abdomen que pectorales. Atrás quedaron sus palabras sobre la "eliminación de subsidios excesivos y gratuidades indebidas". Atrás, atrás; en aquellos tiempos de entusiasmo por la "unificación monetaria" y la "tarea ordenamiento".

El ordenamiento sí defiende la justicia social, pero no con igualitarismos. No defiende la justicia social subsidiándolo todo; la defiende amparando al más desamparado, al más vulnerable y protegiendo al que lo necesita”, decía en marzo de 2021. ¿Quién se acuerda de eso, de los Lineamientos, o de Marino Murillo? ¿Quién se acuerda?.

Un paréntesis: lo anterior deja en evidencia que en el estado socialista cubano hay desigualdades sociales, algo que no se explica cómo encaja con la Constitución del régimen. ¡Ah!, pues tiene una explicación. Ahí va: “Hay desigualdades en Cuba desde el período especial, no las hemos creado nosotros”, dijo el líder de la continuidad, remontando la aberración a los tiempos de su adorado comandante.

En Cuba se atienden a las personas vulnerables, afirmó Díaz-Canel enumerando programas aprobados por su gobierno para la igualdad de género y la no discriminación racial. “Hemos ido a un proceso de transformación en los barrios con participación popular y no solo con asistencialismo”, subrayó ufano.

“Hemos aprobado una política orientada a la niñez, la juventud y la adolescencia. Hemos seguido manteniendo y desarrollando programas sociales que fueron diseñados por el comandante en jefe en otro momento de la revolución, por ejemplo, los de las Batallas de Ideas. Siguen ahí y son sostenidos por esa economía que muchas veces criticamos y están en función de la sociedad”.

¡Bravo! La “continuidad” mantiene los programas sociales desarrollados por el responsable de la desigualdad. Para que después no digan que “revolución es sentido del momento histórico y cambiar todo lo que debe ser cambiado”.

¿Qué más pudo decir Díaz-Canel para dejar claro que quiere echar su suerte “con los pobres de la tierra”? Más, mucho más. Por ejemplo, que no han subido tarifas.

No subimos la tarifa eléctrica a la población a pesar de la subida del combustible”, dijo también el máximo responsable de los apagones en Cuba, enfatizando con ello el humanismo y la equidad que subyace en la llamada revolución. “Tampoco hemos subido las tarifas del transporte”, a pesar de que esas empresas están “casi quebradas”.

Bien, bien: el gobierno revolucionario sigue a la vanguardia de la igualdad y prosperidad de los cubanos. Aunque, “yo creo que hay lujos que no nos podremos dar durante un tiempo, ¡pero seguimos siendo solidarios! ¡Y seguimos tratando de atender a todos!”.

¿Cómo se puede pensar que lo que estamos aplicando es neoliberalismo?”, dijo enfadado Díaz-Canel. No es neoliberalismo, no, “¡son unos enormes deseos de seguir perfeccionando el socialismo y de construir el socialismo con lo que podemos hacer hoy posible, dentro de las circunstancias que estamos viviendo, sin negar o comprometer el futuro de construcción socialista que alcanzaremos en un momento cuando superemos esta… esta circunstancia”.

Una última certeza: “aquí los medios fundamentales de producción siguen siendo del pueblo, representado en el Estado. Los principales medios de producción no están en el sector privado, ni se gestionan por el sector privado. Se gestionan con empresas estatales, son propiedad de nuestro pueblo y aquí no va a haber privatizaciones de esos medios fundamentales de producción”.

Lo que pasa que hay que hacer una obra de creación heroica. ¡Tenemos que construir heroicamente y creativamente el socialismo del siglo XXI en Cuba!”. ¿Entendido?

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