El humorista cubano Limay Blanco entregó más de 250,000 pesos a la anciana cubana María Santiesteban Portuondo, quien revolucionó las redes sociales en fechas recientes con su historia de vida, contada con lúcidas y exquisitas palabras.
“Se le acaba de transferir a la abuelita María la suma de 277,250 MN para la reparación de su casa. A todas las personas que me ayudaron a ayudar, gracias, muchas gracias. Les recuerdo que María no quería una casa, ella quiere reparar la suya, por eso se le entregó lo recaudado compartido en MN y se le transfirió para su tarjeta”, explicó Limay en sus redes sociales.
A finales de mayo, Santiesteban Portuondo realizó una directa a través de Facebook en la que relató su historia personal y su temprano enfrentamiento con las instituciones del “poder revolucionario”, que la apartaron de sus estudios de medicina por mantener una “actitud apática”.
La mujer, que fue víctima de una “asamblea de depuración” en los años 60’s, vio truncada su carrera de Medicina y desde entonces sobrevivió en el ostracismo impuesto por el régimen, en una humilde casa cuyo techo se derrumbó en el año 1984.
Para entonces, Santiesteban Portuondo contaba con 37 años y vivía con su esposo en la casa que hoy sigue habitando, en medio de pésimas condiciones y sin medios para repararla.
“Estos son los abundantes frutos que ha dado la revolución para mí, ¡y quién sabe para cuántos cubanos!… Creía en la Justicia pero nunca entendí el sistema… Me puedo dar el lujo de decir que nunca he tenido una venda en los ojos”, dijo en mayo la anciana en una directa en la que mostró el interior de su casa.
Ahora, gracias a la labor solidaria de Limay, la septuagenaria cuenta con los fondos que le permitan mejorar el estado ruinoso de su precaria vivienda.
“Nada mejor que haber vivido 75 años y medio, porque ya no hay quien me quite la satisfacción de saber que esto no funciona, que es una perfecta mentira”, dijo la anciana en mayo pasado.
La mujer, que ha tenido que lidiar toda su vida con la burocracia y el castigo del régimen, consideró irónicamente en su directa que “es una bendición haber nacido en Cuba, porque nunca había visto tanta porquería junta, y eso nada más que se puede dar aquí en Cuba”.
“A mis floridos 75 años y medio tengo la satisfacción de haberme realizado por lo menos espiritualmente, de ser una persona que disfruta a plenitud de su existencia y que tiene la oportunidad de comprobar cómo es válido haber llegado, ante todo, a ser persona, aun en medio de un régimen que está hecho y diseñado para considerarnos al pueblo entero como perfectos animales”, espetó.
Sin pelos en la lengua, Santiesteban Portuondo terminó su famosa directa con una crítica a la “Ley de Comunicación Social, Ley Mordaza, gracias a la cual el cubano, definitivamente esclavo de Rusia, ahora también tiene que mantener su boca callada”.
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