Cubano describe un barrio llega y pon en La Habana: "Las casas se levantan de la noche a la mañana"

En el Bajo de Santa Ana, en La Habana, emergen barrios "llega y pon" donde migrantes internos construyen precarias viviendas sin servicios básicos, enfrentando terrenos pantanosos y condiciones extremas para sobrevivir.

Barrio "llega y pon" en La Habana Foto © Collage capturas TikTok / @cuba.live2

En las profundidades de La Habana, en zonas menos urbanizadas como el Bajo de Santa Ana, emergen comunidades “llega y pon”, un reflejo desesperado de la lucha por encontrar un techo en medio de la precariedad.

Estas viviendas, construidas improvisadamente por migrantes internos que llegan a la capital buscando un futuro mejor, evidencian la falta de planificación y recursos en un entorno que carece de lo más básico para una vida digna.

En los videos compartidos por el perfil de TikTok @cuba.live2, el barrio es descrito como un terreno pantanoso donde las casas surgen “de la noche a la mañana”.

En el Bajo de Santa Ana, las precarias estructuras hechas con madera, zinc y materiales recuperados se levantan en un laberinto caótico sin alcantarillado ni acceso a servicios básicos como gas o agua potable.

Las personas cocinan con carbón, que ellos mismos producen, y el terreno cenagoso es una constante amenaza, especialmente ante fenómenos meteorológicos como ciclones.

Características de un barrio "llega y pon"


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El Bajo de Santa Ana se define por la informalidad de sus construcciones y las condiciones adversas en las que sus habitantes deben vivir: las casas están hechas con materiales precarios y, en muchos casos, los baños son apenas espacios improvisados sin conexión a redes sanitarias.

Las cocinas, sencillas y expuestas, funcionan con hornillas de carbón que las mismas familias producen para consumo propio y, ocasionalmente, para vender a sus vecinos.

El entorno natural, caracterizado por manglares degradados y terrenos pantanosos, también forma parte de esta comunidad.

Los residentes enfrentan la constante amenaza de inundaciones, con agua estancada rodeando sus viviendas.

A pesar de las adversidades, los habitantes intentan mantener sus espacios limpios y organizados, reflejando una lucha diaria por sobrevivir en un lugar olvidado por las autoridades.

Un reflejo de la lucha por subsistir

En este barrio, no hay gas ni servicios básicos, por lo que los residentes recurren a fabricar carbón para cocinar.

Según Erick Bárbaro Leal Bridón, un habitante del lugar, la producción de carbón es un proceso que requiere madera y tierra, y está vetado el uso de manglares. Sin embargo, esta actividad se ha vuelto indispensable para la supervivencia de estas comunidades.

A medida que los “llega y pon"” proliferan en lugares como el Bajo de Santa Ana, se hace evidente la falta de oportunidades y soluciones habitacionales para quienes migran dentro del país en busca de una vida mejor.

Estas comunidades improvisadas reflejan las desigualdades estructurales de Cuba, donde miles deben encontrar su refugio entre el fango y la precariedad, levantando sus hogares con lo poco que tienen a su alcance.

Uno de los grandes problemas que enfrentan estos asentamientos “llega y pon” es que el régimen, en vez de ofrecer condiciones de habitabilidad, realiza desalojamientos masivos.

En 2020, las autoridades de La Habana intentaron desalojar a los habitantes de un asentamiento ilegal construido en el municipio del Cotorro, sin tomar en cuenta los riesgos que implicaría echar a la calle a personas en plena pandemia de coronavirus, que en ese momento azotaba al país.

Un reportaje publicado en la cuenta de Youtube del usuario identificado como Delibera, mostró el lugar donde residían más de 1.000 ciudadanos, quienes con su propio esfuerzo edificaron una comunidad donde antes estaba el patio de la planta Antillana de Acero.

Similar situación ocurrió en 2021 cuando las autoridades cubanas desalojaron un asentamiento ilegal de más de 50 casas levantadas en el poblado Jamaica, ubicado en el municipio San José, en Mayabeque.

Todas esas acciones del régimen respondieron a una cruzada en contra de las construcciones ilegales en Cuba, más conocidos como llega y pon, orientada por el gobernante Miguel Díaz-Canel en 2020.

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Redacción de CiberCuba

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