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En el contexto de la crisis migratoria que ha arrojado a más de medio millón de cubanos a rutas peligrosas hacia Estados Unidos, la desesperación y el dolor han marcado la vida de varias madres que, casi dos años después de la desaparición de sus hijos, continúan buscando respuestas sobre su paradero.
Los jóvenes de estos casos partieron en busca de una mejor vida en Estados Unidos, a bordo de balsas improvisadas, y nunca llegaron a su destino.
Tres de estas madres, provenientes de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, compartieron sus desgarradores testimonios con la Agencia Francesa de Prensa (AFP), y señalaron la ineficiente respuesta del gobierno para ayudarlas en un país donde se criminaliza la inmigración ilegal.
Las mujeres contaron su sufrimiento por lo que se conocen como los “naufragios invisibles”, aquellos incidentes en los que migrantes cubanos intentan llegar a EE.UU. en embarcaciones precarias y desaparecen sin dejar rastro.
Una madre identificada como Amparo Rivera contó que su hijo, Yoel Romero, de 43 años, partió el 3 de enero de 2023 en una balsa hacia Estados Unidos. A más de un año de su desaparición, Amparo sigue esperando respuestas. "Necesitamos saber la respuesta que sea, saber de ellos en la condición que sea", dijo con la voz entrecortada.
La balsa en la que viajaba Yoel Romero partió de Playa Larga, en Matanzas, junto con otras 30 personas. Entre los migrantes también viajaba una niña de ocho años, una familia de seis personas de Camagüey y una pareja de Cienfuegos que decidió dejar a sus hijos atrás para no exponerlos al peligro del viaje. Todos desaparecieron en el mar.
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Idalmis Tirado, otra madre que perdió a su hijo, Dariel Alejandro Chacón, de 27 años, también relató que cuatro días después de la partida del joven, la balsa apareció en una playa de Cayo Largo, en Florida. También apareció el bolso de Dariel con sus pertenencias intactas, incluidas unas galletas que le había dado su madre.
Dice que unas semanas más tarde, apareció una segunda mochila, a más de un kilómetro del primer hallazgo. Desde entonces, la vida de Idalmis ha sido una búsqueda constante, pero las respuestas siguen incompletas.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 1,100 migrantes cubanos han muerto ahogados en el Caribe desde 2020 en estos naufragios. El peor año fue 2022, con más de 130 muertes. La OIM también describe estos incidentes como "naufragios invisibles", donde los migrantes desaparecen sin dejar rastro, y sin que las autoridades o los medios de comunicación puedan obtener información concreta sobre lo sucedido.
En el contexto de la crisis migratoria cubana que arreció desde 2021, hubo puntos climáticos como el 2023, cuando al menos 368 migrantes de la isla murieron en su intento por llegar a Estados Unidos, según la OIM.
Los familiares, como los de los desaparecidos en enero de 2023, han recibido rumores dispersos de que algunos de los balseros pudieron haber sido rescatados por la Guardia Costera de EE.UU. o vistos en la base naval de Guantánamo, pero no han podido confirmar nada. La falta de recursos para investigar y la escasa cobertura de estas tragedias han dejado a muchas familias sin noticias y en la desesperación.
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