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La Embajada de Estados Unidos en Cuba emitió este jueves una alerta de protesta por la marcha que convocó el régimen cubano frente a la sede diplomática este 20 de diciembre, y recomendó a los ciudadanos estadounidenses residentes o de visita en la capital evitar esas áreas.
Un día después de anunciar la posposición de las entrevistas para trámites de visado programadas para el viernes, la misión diplomática instó nuevamente a los nacionales de EE.UU. a “evitar las áreas de protestas y multitudes” y mantenerse “alerta ante presencia policial y desvíos de tráfico”.
El comunicado reiteró que sólo se ofrecerán servicios de emergencia, debido a que “las calles cercanas al Malecón y Tribuna Antimperialista estarán cerradas al tráfico”, lo que limitará el acceso al edificio.
“Les recordamos a los ciudadanos estadounidenses evitar los espacios cercanos a protestas. Incluso las protestas pacíficas y las grandes concentraciones tienen el potencial de volverse impredecibles sin previo aviso”, advirtió.
La embajada anticipó que reanudará completamente sus servicios el próximo lunes 23 de diciembre. Los solicitantes de visas afectados por la cancelación de las citas del viernes serán contactados directamente para reprogramarlas.
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Luego de que el gobernante Miguel Díaz-Canel convocara a una ”marcha del pueblo combatiente”, y a propósito de cumplirse una década del “deshielo” impulsado por el presidente Barack Obama, el subsecretario de Estado de EE.UU., Brian Nichols, aclaró al mandatario cubano que la única solución para Cuba continúa siendo la “democracia”.
Ajeno a lo que entraña el concepto de democracia, el régimen continúa la promoción entusiasta de la marcha, mientras numerosos ciudadanos cuestionan la utilidad de esa movilización cuando el país atraviesa la peor de las crisis económicas, marcada por apagones, carencia de alimentos y medicinas, galopante inflación y precariedad generalizada, y se vislumbra un nuevo año aún más inclemente para la población que el que está por terminar.
Además de la oleada de críticas y la indignación popular por la anacrónica convocatoria del régimen, los cubanos también han respondido con el choteo de “que vaya Sandro”, en referencia al “vivebien” y ostentoso nieto del dictador Fidel Castro que alardea de ser un “joven revolucionario”.
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