Un preso cubano de 40 años e identificado como Maikel Ponte Herrera falleció el pasado 8 de abril tras permanecer durante ocho día en huelga de hambre y sed en la prisión de Melena del Sur.
La información fue dada a conocer en redes por Iris D. Santana Aldereguía, quien compartió sobrecogedoras imágenes del estado de Ponte Herrera.
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"En la prisión no lo auxiliaron y dejaron que llegara a la muerte", denunció la mujer, quien precisó que avisaron a la familia y le concedieron una licencia extrapenal al reo cuando ya la situación era irreversible.
La madre de Ponte Herrera consiguió ingresarlo por sus propios medios en el hospital Calixto García. La fuente denunció que en ese centro hospitalario la enfermera que lo atendía al enfermo pidió a la madre 1,000 pesos para poder para la colocación de un catéter.
Según la enfermera en cuestión, en el hospital carecían del insumo y el paciente lo necesitaba con urgencia. A pesar de ello, la situación Maikel Herrera era crítica, y acabó falleciendo.
Maikel no tenía conexiones ni privilegios. Era uno de tantos cubanos comunes que mueren sin que nadie rinda cuentas.
La responsabilidad de su muerte ha sido atribuida directamente al "capitán Luis", funcionario de la prisión, quien habría ignorado su pedido de atención médica durante la huelga de hambre y sed
Violencia y represión sistemática en Melena del Sur
El mismo día del fallecimiento de Maikel, Cubalex alertó en un hilo informativo publicado en X sobre un clima de violencia extrema en esa prisión.
La situación, según denuncias, se ha agravado desde la llegada al poder del teniente coronel conocido como “Luis”, lo que coincide con la denuncia sobre el caso del reo fallecido.
Entre los casos más recientes:
-El preso político Juan Enrique Pérez Sánchez fue brutalmente golpeado y recluido en celda de castigo tras realizar una protesta pacífica.
-Otros presos políticos, Maykel Puig Bergolla y Aníbal Yasiel Jacinto Palau, también fueron golpeados por solidarizarse con Pérez Sánchez.
Cubalex responsabiliza al jefe del sistema penitenciario de Mayabeque, Lázaro Yunior Santana Figueroa, y a otros altos mandos como Rudi Méndez Acosta, Stany Lolo Villa, Eduardo Ramos Enamorado, Yordanis Rodríguez Valenciano, y Rody, jefe de orden interior.
Cubalex hizo un llamado a organismos internacionales y medios independientes para visibilizar estos abusos y exigir justicia.
“La represión en las cárceles cubanas no puede seguir impune”, concluyeron.
Se dispara la cifra de muertes de presos cubanos comunes y políticos
En los últimos meses se ha disparado en todo el país las denuncias de muertes de presos cubanos, tanto comunes como políticos.
A inicios de marzo fue noticia la muerte de dos reclusos cubanos fallecieron en la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, lo que elevó a ocho las muertes en esa cárcel desde inicios de 2025, según denunció entonces la organización no gubernamental Cubalex.
La ONG denunció en esa ocasión las condiciones de hacinamiento, el abandono, la falta de atención médica, la desnutrición y la insalubridad en ese y otros recintos penitenciarios, situación que continúa “poniendo en grave riesgo la vida de los reclusos y facilitando la propagación de enfermedades mortales”.
Advirtió, además, que las muertes de ciudadanos bajo custodia del estado cubano “no pueden normalizarse ni quedar impunes” y que “es fundamental exigir justicia, transparencia y garantías para la protección de las personas privadas de libertad”.
Previamente, la organización denunció en febrero la muerte de los presos Giovanis Ortega e Irai Nieto, a inicios de ese mes, presuntamente debido a desnutrición extrema y abandono, en el mismo destacamento No. 2 del penal de Boniato, conocido como el “piso de los bajo peso”, donde los prisioneros enfrentan condiciones de hambre extrema y desatención médica.
Unas semanas después, el recluso del destacamento No. 13 Osbety Girón, de 51 años, perdió la vida a causa de tuberculosis, luego de permanecer varios días ingresado en un hospital. El destacamento fue puesto en cuarentena ante el riesgo de propagación de la enfermedad entre la población penal.
En otras cárceles del país también se han reportado decesos de prisioneros en los últimos meses.
Especial conmoción causó conmoción la muerte de la presa política Yoleisy Oviedo Rodríguez, de 44 años, el pasado 11 de febrero, en el Campamento de Trabajo Forzado El Guatao, en La Habana.
Denuncias de familiares y organizaciones independientes revelaron que la madre de dos hijos padecía desde hacía meses problemas de salud y no recibió la atención médica requerida.
También se reportó el fallecimiento de Yankiel Justiz Despaigne, de 36 años, a causa de tuberculosis, el 30 de enero, en la prisión de Melena del Sur, en Mayabeque.
En esa misma provincia, en la prisión de Quivicán, se registró la muerte del recluso Yosvany Sánchez en diciembre de 2024, debido a complicaciones de salud, agravadas por falta de atención médica.
Un informe de Cubalex documentó que entre enero de 2022 y enero de 2024 murieron 56 personas que estaban bajo custodia de las autoridades del país: 36 reclusos que cumplían condenas, nueve detenidos en estaciones de Policía y 11 reclutas mientras pasaban el Servicio Militar obligatorio.
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