Las calles de La Habana se convierten en ríos cuando llueve. Tragantes obstruidos, desechos flotando y aguas albañales que invaden viviendas son el pan de cada día, mientras los residentes denuncian el irregular servicio de recogida de basura y el mal acabado de los trabajos en las calles y redes hidráulicas.
“¿Por qué colapsan las alcantarillas? Sencillo, por el mal estado de la red y la falta de saneamiento. Y es que, a menudo, la acumulación de basura en las calles obstruye los tragantes, el primer punto en el drenaje, lo que contribuye a las inundaciones”, reconoció el portal oficialista Cubadebate en un extenso reportaje publicado este domingo.
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El estado del alcantarillado en la capital cubana “implica riesgo para la vida de sus habitantes. No se le presta la suficiente atención y tampoco da abasto”, señaló uno de los ciudadanos que brindaron testimonio.
En febrero pasado, el niño Jonathan Oliva, de 13 años, murió al ser succionado por un tragante abierto en medio de una severa inundación en La Habana, tras las fuertes lluvias registradas en varios días. El trágico suceso ocurrió en la intersección de Vía Blanca y Diez de Octubre, una de las zonas más afectadas por las precipitaciones en la capital.
Un sistema obsoleto y saturado
Con 1,755 kilómetros, la red de alcantarillado La Habana fue construida a principios del XX (1905-1915) para unos 600,000 habitantes. En la actualidad, la población capitalina ronda los dos millones de personas.
En los municipios de Centro Habana, La Habana Vieja, Diez de Octubre, Cerro y Plaza de la Revolución “está concentrado el alcantarillado de La Habana, que cubre el 69 % de la población. El resto de la ciudad lo que tiene son pequeños sistemas. Muchos no cuentan con las especificaciones técnicas requeridas. Algunos son hechos hasta por la propia población y hay otros insuficientes para la demanda”, precisó Andrea Miranda, directora de Saneamiento y Electromecánica de la Empresa Aguas de La Habana.
Añadió que en San Miguel del Padrón hay lugares con fosas, “pero muchas no cumplen con los requerimientos técnicos (...). Arroyo Naranjo es un municipio también afectado. En el caso de La Lisa, Playa, Marianao, se sirven fundamentalmente de fosas sépticas. Por los años de explotación muchas han perdido la solvencia y son un lugar con constantes vertimientos y donde quisiéramos construir redes de alcantarillado”.
Autoridades reconocen insuficiencias
Miranda se refirió a “las indisciplinas sociales que influyen en las reiteradas obstrucciones en los sistemas de alcantarillados”, aunque también mencionó “insuficiencias en las inversiones o en el mantenimiento”.
La funcionaria reconoció que además se dan “incidencias” en las brigadas y con la parte tecnológica y técnica, responsables de la mala terminación de las obras.
Un caso emblemático son los llamados edificios de la esquina de Tejas, en el municipio Cerro, que son hoy prácticamente un basurero. “Eso lo han arreglado muchas veces y a los 20 días vuelve otra vez a subir el agua hasta allá abajo. Es lo más desagradable que hay. La culpa es de ambas partes, tanto de Comunales como de los vecinos, porque son muy sucios. Tiran las cosas y empieza la tupición”, sostuvo Fernando Lobato, vecino del lugar.

Otros problemas obedecen a la falta de mantenimiento por problemas de financiamiento y equipos, equipamiento obsoleto y ausencia de piezas de repuesto.
En los últimos años, países como Arabia Saudita y Kuwait han aportado millonarios fondos para la rehabilitación del alcantarillado y el suministro de agua potable en La Habana.
Jorge Suárez, subdirector de Saneamiento y Drenaje Pluvial de la Empresa Aguas de La Habana, indicó que hoy se recibe cooperación de Francia y España. “Tenemos ayuda de la Agencia de Cooperación Internacional Española y del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), también de ese país.
“Se han recibido aproximadamente de 900,000 euros. Gracias a eso terminamos en el mes de diciembre la instalación de cinco equipos de bombeo, los cinco codos y las compuertas asociadas a Casa Blanca”, precisó.
El directivo anunció que “La Habana está en espera de la apertura de un crédito por el que deben entrar al país 10 equipos de alta presión y cinco carros de limpieza de fosa que también se incorporarían a la fuerza de mantenimiento”.
Asimismo, la directora de Saneamiento de Aguas de La Habana apuntó que desde el año pasado comenzó una inversión para la rehabilitación tecnológica de la estación de bombeo de Casa Blanca, adonde tributa el alcantarillado central.
También debe terminarse este año un kilómetro y medio de alcantarillado que se construye desde hace algunos años en la calle 220, en el municipio de La Lisa, concluyó.
Críticas ciudadanas
Varios comentarios en Cubadebate reflejan el malestar ciudadano. En usuario identificado como Eléctrico opinó que lo primero sería “solucionar el problema de la recogida de desechos de la capital y el mal estado de los viales, después los salideros y vertederos de agua. Todo lo que se haga antes de solucionar estos dos problemas, será dinero y recursos consumidos en balde”.
Por su parte, Rembe convino en que “la responsabilidad no es de la población. Las indisciplinas, como en otros casos, comienzan cuando se abandona la sistematicidad en la recogida de basura y desechos en general, cuando se produce un bache y no se repara, cuando crece la hierba y no se poda, cuando hay un salidero y no se repara a tiempo. La indisciplina social es reflejo del abandono institucional en estos y otros aspectos”.
Otros ciudadanos, como Noel, cuestionaron “a dónde van a parar los millones que donan. Habrá que preguntarles a esos que han dado los datos si hay control de cómo se gastan los recursos donados”.
Pese al anuncio de algunas obras nuevas, el usuario Ariel se mostró escéptico con una verdadera solución: “Creo necesitamos un alcantarillado unas cinco veces más grande hoy en día, capaz de resolver los problemas actuales”.
Mientras las autoridades hablan de “prioridades” y “responsabilidades compartidas”, los habaneros siguen esperando una solución definitiva a un problema que, literalmente, los inunda.
Preguntas frecuentes sobre la crisis del alcantarillado y las inundaciones en La Habana
¿Por qué colapsa el sistema de alcantarillado en La Habana?
El sistema de alcantarillado de La Habana colapsa debido a su obsolescencia y falta de mantenimiento adecuado. Originalmente construido para 600,000 habitantes, ahora debe servir a una población de unos 2,000,000. La acumulación de basura, la falta de saneamiento y las deficiencias en las inversiones y el mantenimiento agravan el problema, resultando en frecuentes inundaciones.
¿Qué consecuencias tienen las inundaciones en La Habana?
Las inundaciones en La Habana provocan daños en viviendas, riesgos para la salud pública y pérdida de vidas. Un trágico ejemplo fue la muerte de un niño succionado por un tragante abierto, en febrero pasado. Además, la acumulación de agua estancada puede propiciar enfermedades, mientras que el colapso de la infraestructura afecta la calidad de vida de los residentes.
¿Qué medidas están tomando las autoridades cubanas para mejorar el alcantarillado en La Habana?
Las autoridades cubanas han recibido cooperación internacional para mejorar el alcantarillado. Fondos de países como Arabia Saudita, Kuwait, Francia y España han sido destinados a proyectos de saneamiento. Sin embargo, los resultados son cuestionados por los ciudadanos, quienes critican la gestión ineficaz y la falta de transparencia en el uso de esos recursos.
¿Cómo contribuye la basura a las inundaciones en La Habana?
La basura contribuye a las inundaciones al obstruir los sistemas de drenaje. Los desechos acumulados bloquean tragantes y alcantarillas, impidiendo el flujo adecuado del agua durante las lluvias intensas. Esta situación se ha convertido en un problema crónico en muchos barrios de La Habana.
¿Qué impacto tiene la crisis del alcantarillado en la salud pública en La Habana?
La crisis del alcantarillado en La Habana representa un riesgo significativo para la salud pública. El agua estancada y la acumulación de basura pueden propiciar brotes de enfermedades como el dengue y la leptospirosis. La falta de una gestión eficiente de residuos y de mantenimiento del sistema pluvial agravan esta situación.
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