El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que impondrá aranceles del 100% a las películas producidas fuera del país, como parte de una ofensiva para "revivir" la industria cinematográfica nacional, a la que calificó de estar “muriendo muy rápidamente”.
A través de su red Truth Social, Trump afirmó que otros países están ofreciendo incentivos fiscales y logísticos que representan una "amenaza a la seguridad nacional". Su mensaje concluyó con un llamado directo: "¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!".
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La medida, aún sin detalles concretos, ha generado inquietud internacional. No se ha aclarado si afectará a producciones de estudios estadounidenses filmadas en el extranjero ni si incluirá contenidos de plataformas de streaming como Netflix.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, respaldó la iniciativa afirmando que ya trabajan en su implementación. Sin embargo, acorde a BBC, voces críticas dentro y fuera del país advierten consecuencias negativas.
Timothy Richards, fundador de la cadena de cines Vue, cuestionó la lógica de definir qué es una película “estadounidense”. "¿El origen se determina por el guion, el director, la financiación o el lugar de rodaje?", preguntó el empresario.
Mientras tanto, el sindicato británico Bectu alertó que los aranceles podrían afectar gravemente a una industria que apenas se recupera tras la pandemia. Su líder, Philippa Childs, pidió al gobierno británico actuar con urgencia para proteger a los trabajadores del sector audiovisual.
Los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda también salieron en defensa de sus industrias cinematográficas, expresando preocupación por el posible impacto económico de la medida.
Trump ya había impuesto aranceles similares en otros sectores desde su regreso a la Casa Blanca en enero. Según analistas, estas políticas han alterado el equilibrio comercial global y encarecido productos en todo el mundo.
Pese a los desafíos, Estados Unidos sigue siendo un líder en producción audiovisual, aunque los datos muestran una caída del 26 % en la inversión durante el último año. Países como Reino Unido, Canadá y Australia han captado una parte creciente de esa inversión.
Un tiro en el pie: Los aranceles podrían perjudicar a EE. UU. como potencia exportadora de servicios digitales y audiovisuales
Aunque la intención declarada de Trump es revitalizar la industria cinematográfica estadounidense, la imposición de aranceles del 100 % a películas extranjeras y otras medidas comerciales podría tener efectos contraproducentes para Estados Unidos como líder mundial en exportación de servicios audiovisuales y digitales.
Por un lado, la industria del entretenimiento estadounidense depende cada vez más de una infraestructura tecnológica global. Plataformas como Netflix, Disney+ y Amazon Prime Video no solo distribuyen contenido a nivel internacional, sino que dependen de centros de datos, servidores y tecnología importada, en su mayoría desde países como China.
Con los nuevos gravámenes, los costos operativos aumentarán, y es probable que los consumidores enfrenten subidas en el precio de sus suscripciones, según analizó Infobae a inicios de abril.
Además, los servicios digitales que complementan a la industria audiovisual —como el almacenamiento en la nube, la publicidad en línea o los sistemas de pago en plataformas de streaming— también se verán afectados.
Esto impactará a gigantes como Google, Meta y Apple, y reducirá su competitividad internacional, especialmente si otros países responden con medidas similares. De hecho, la Unión Europea ya ha planteado aranceles sobre exportaciones de servicios tecnológicos estadounidenses, lo que podría abrir un frente de represalias.
Por otro lado, el encarecimiento de la producción dentro de EE. UU., sumado a la incertidumbre jurídica que generan estas medidas, podría desalentar inversiones y fomentar la deslocalización permanente de rodajes y talento creativo.
Estudios que antes filmaban parcialmente en el extranjero para reducir costes podrían optar por establecer operaciones completas fuera del país, evitando así las penalizaciones arancelarias.
En resumen, lejos de fortalecer la posición de Estados Unidos como potencia creativa y digital, los nuevos aranceles de Trump podrían erosionar la competitividad de Hollywood y del sector tecnológico, minando una de las principales fuentes de exportación de servicios del país en un mercado global ya altamente competitivo y volátil.
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