El turismo en Cuba, uno de los sectores clave de su economía, atraviesa una profunda crisis. El país ha perdido en siete años más de la mitad de sus visitantes internacionales, pasando de 4,7 millones en 2017 a apenas 2,2 millones en 2024.
La situación afecta especialmente al mercado español, que ha registrado una caída del 27,1 % en el número de turistas respecto al año anterior.
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Según datos de la cadena hotelera Meliá, la más importante en la Isla, "la operativa aérea con Cuba se ha reducido en aproximadamente un 12 % y para algunas conexiones se han cancelado.
Algunos países como Reino Unido, Bélgica o Argentina han cancelado totalmente sus conexiones con el destino, mientras otras regiones han reducido en gran parte su capacidad".
Este deterioro se explica por múltiples factores.
La crisis económica y energética ha provocado escasez de alimentos, medicinas y combustible, afectando directamente a los servicios turísticos. Los apagones eléctricos frecuentes han mermado la experiencia de los visitantes, derivando en cancelaciones masivas de reservas.
Además, las sanciones impuestas por Estados Unidos desde el mandato de Donald Trump dificultan la llegada de turistas estadounidenses y han disuadido la inversión extranjera.
El primer ministro Manuel Marrero dice que la inestabilidad "se debe a las sanciones de Estados Unidos que, desde el primer mandato de Donald Trump, limitaron la concesión de visados a sus ciudadanos para viajar a Cuba".
La competencia de destinos cercanos como República Dominicana, Puerto Rico y Jamaica, que ofrecen mejores servicios y precios más competitivos, ha desviado a muchos turistas que antes optaban por Cuba.
El impacto también se ha extendido al sector de los cruceros, que ha visto reducidas las escalas en puertos cubanos. Las mismas restricciones estadounidenses y la percepción de inestabilidad han influido en la pérdida del flujo de turistas.
Las condiciones en algunos hoteles de la Isla también preocupan. En Cayo Santa María, por ejemplo, se han reportado carencias básicas en la alimentación. Según fuentes citadas por el portal Reportur, "no hay harina y hay hoteles sin pan y con muy poca bollería".
A pesar de los intentos del Gobierno por mantener sus operaciones, la falta de inversión en sectores clave como la energía y la agricultura sigue debilitando la infraestructura turística del país.
Mientras no se revierta esta tendencia, la recuperación del turismo en Cuba parece cada vez más lejana.
La gravedad de la situación se palpa en el desempeño de la cadena hotelera española Meliá Hotels International, la cual reportó una caída significativa en sus operaciones en Cuba durante el primer trimestre del año.
La compañía señala que tuvo resultados positivos en todas las regiones donde opera salvo en Cuba, que se destacó por su rendimiento negativo, lo cual impactó directamente en los ingresos globales del grupo.
Según Meliá, la cobertura mediática negativa afecta la percepción del destino cubano, lo cual contribuye a la disminución del flujo de visitantes desde mercados clave en meses de temporada alta, con la consiguiente bajada de ocupación hotelera.
La ocupación en los hoteles gestionados por Meliá en Cuba cayó al 40,5 %, una baja de 6,4 puntos porcentuales con respecto al año anterior. Además, el ingreso por habitación disponible (RevPAR) descendió un 20,8 %, situándose en apenas 37,6 euros.
La empresa reconoce abiertamente que la situación es desafiante y no se observan señales claras de recuperación a corto plazo.
El turismo internacional en Cuba atraviesa una profunda crisis, reflejada en los alarmantes datos oficiales publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) correspondientes al primer trimestre de 2025.
Según las cifras de la entidad oficialista, entre enero y marzo apenas arribaron al país 571,772 visitantes internacionales, lo que representa una caída del 29,3 % en comparación con igual período de 2024, cuando se registraron 808,941 turistas.
El turismo internacional no utilizó ni una cuarta parte de la capacidad de alojamiento del país, precisamente en el trimestre que históricamente ha sido el más fuerte en términos de arribo de viajeros, según destacó el economista Pedro Monreal.
Como era de esperarse, la contracción del turismo repercutió directamente en los ingresos de las entidades turísticas cubanas, que se redujeron un 21,5 % interanual, pasando de 44,411 millones de pesos cubanos (MCUP) a 34,860 millones.
Preguntas frecuentes sobre la crisis del turismo en Cuba
¿Cuál es la situación actual del turismo en Cuba?
El turismo en Cuba está en crisis debido a una caída significativa en la llegada de turistas de mercados importantes como América del Norte, Europa y América Latina. A pesar de algunos incrementos en turistas de Portugal y Rusia, las cifras totales siguen muy por debajo de los niveles prepandémicos.
¿Qué factores están contribuyendo al descenso del turismo en Cuba?
La crisis del turismo en Cuba se debe a problemas de infraestructura, competencia regional y mala gestión. Cortes eléctricos frecuentes, un transporte deficiente, y un sistema de salud en deterioro desmotivan a los viajeros.
¿Cómo ha afectado la crisis turística a la economía cubana?
La caída del turismo ha tenido un impacto significativo en los ingresos del sector, que han disminuido de 3,185 millones de dólares en 2019 a apenas 1,216 millones en 2023.
¿Qué medidas está tomando el gobierno cubano para reactivar el turismo?
El gobierno intenta abordar problemas estructurales y fomentar relaciones que atraigan a aerolíneas y operadores turísticos. Sin embargo, la falta de una estrategia clara y la priorización de inversiones en turismo sobre otros sectores esenciales complican la recuperación.
¿Qué impacto tiene la crisis energética en el turismo de Cuba?
La crisis energética en Cuba afecta negativamente la experiencia turística, con apagones frecuentes y desabastecimiento en hoteles. Se han instalado generadores pero no han sido suficientes para contrarrestar la percepción negativa de los turistas.
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