La profunda caída en la construcción de viviendas en Cuba es una señal inequívoca de la debacle económica y social que atraviesa el país: en 2024 se edificaron menos casas que en los peores años del Período Especial, lo que evidencia el colapso sostenido de la capacidad del Estado para atender una de las necesidades más básicas de la población.
El dato fue revelado por el economista cubano Pedro Monreal en un análisis publicado en la red social X, a partir del informe oficial titulado “Construcción en Cuba. Indicadores Seleccionados. Enero-diciembre 2024. Edición mayo 2025”, emitido por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
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“En el peor año del Período Especial (1992) se construyeron casi tres veces más viviendas que en 2024”, señaló Monreal, quien advirtió que la situación habitacional actual no solo es crítica, sino estructural.
Para sustentar su afirmación, comparó los datos con décadas anteriores: en 1984 se construyeron 5,5 veces más viviendas que en 2024, y en 2006, considerado el año de mayor auge en la edificación residencial, la cifra fue 15 veces superior.
“Estas cifras confirman que la crisis habitacional en Cuba es de largo plazo y de carácter estructural, no una simple caída temporal”, alertó el economista.
El desplome del ritmo constructivo ocurre en un contexto de escasez de materiales, inflación, precariedad laboral y mínima inversión pública en infraestructura.
La creciente demanda de viviendas, combinada con el deterioro del fondo habitacional existente, agrava aún más un panorama ya insostenible para miles de familias cubanas.
En otro hilo en la red social X, Monreal calificó como “torcida” y “deformada” la prioridad gubernamental en materia de inversión, centrada de manera desproporcionada en el sector turístico.
Solo se destinaron 1,682 millones de pesos cubanos a la construcción de viviendas en 2024, una cifra irrisoria si se compara con los 11,936 millones invertidos en el sector turístico, tal y como mostró el economicista, de lo cual se desprende que el régimen empleó aproximadamente 7,1 veces más en el turismo que en la edificación de casas.
“A pesar de la propaganda oficial acerca de ‘corregir distorsiones’, se mantiene una torcida prioridad del gobierno cubano que incrusta una crónica deformación inversionista nacional centrada en el turismo”, denunció el experto.
Los datos contradicen directamente lo declarado por el ministro de Turismo en diciembre de 2024, cuando aseguró que en el segundo semestre del año “no se ha invertido en ninguna obra nueva”.
Sin embargo, Monreal señala que el alto peso relativo de la inversión en turismo se mantuvo injustificadamente, a pesar de la baja tasa de ocupación hotelera, que apenas alcanzó el 23%.
Mientras tanto, el sector agropecuario, clave para enfrentar la grave crisis alimentaria del país, apenas recibió el 2,7% de la inversión total, lo que representa una cifra 14 veces menor que la destinada al turismo.
“La persistencia del reducido peso de la inversión agropecuaria parece indicar que la ‘prioridad’ oficial respecto a la seguridad alimentaria no pasa de ser una engañosa consigna”, afirmó.
Monreal también criticó que la inversión turística sigue teniendo un peso superior al de la inversión combinada en la industria manufacturera y la agricultura, dos sectores vitales para elevar la productividad, generar bienestar y fortalecer los eslabonamientos productivos internos.
Con una tasa general de inversión muy baja, medida como porcentaje de la formación bruta de capital dentro del PIB, y un patrón de inversión “muy deformado”, el economista concluyó que resultan “insulsas” las declaraciones oficiales sobre “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.
“La contradicción entre un turismo en declive que sigue tragando desaforadamente los escasos recursos de inversión y una crisis alimentaria a la deriva y desatendida como prioridad de inversión expresa, cuando menos, una política inmovilista”, sentenció.
De acuerdo con las cifras oficiales, las inversiones en servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler alcanzaron en 2024 los 24.907 millones de pesos cubanos (CUP), colocándose como el principal destino del gasto en capital del país.
A ello se suman 11.936,5 millones de CUP dirigidos a hoteles y restaurantes, para un total superior a los 36.800 millones de pesos invertidos en actividades estrechamente vinculadas al turismo.
Estas cifras intensifican el debate sobre la persistente prioridad que el régimen cubano otorga al turismo, a pesar del prolongado estancamiento del sector y de las graves carencias que enfrenta la población en áreas fundamentales como la salud pública y la producción de alimentos.
En este mismo sentido, en 2024, datos oficiales sobre la inversión en Cuba durante el primer semestre de ese año reavivó el debate sobre la distribución de recursos en la isla, particularmente la insistencia del régimen cubano por invertir en el sector turístico en detrimento de sectores fundamentales como la salud y la asistencia social.
Según el informe de la ONEI, de enero a junio de 2024 el régimen destinó casi el 40% de sus inversiones a actividades relacionadas con el turismo, mientras que la inversión en Salud y Asistencia Social es 14 veces menor, un hecho que fue severamente criticado por expertos económicos, como el economista cubano Pedro Monreal.
Preguntas frecuentes sobre la crisis habitacional y económica en Cuba en 2024
¿Qué revela la caída en la construcción de viviendas en Cuba en 2024?
La construcción de viviendas en Cuba en 2024 alcanzó niveles más bajos que los registrados en el Período Especial. Esto evidencia un colapso sostenido de la capacidad estatal para satisfacer necesidades básicas, como la vivienda, agravando la crisis habitacional en el país.
¿Por qué se critica la inversión del gobierno cubano en el sector turístico?
La crítica hacia la inversión en el turismo se centra en que el gobierno cubano ha destinado 7,1 veces más recursos a este sector que a la construcción de viviendas. Esto ocurre a pesar de la baja ocupación hotelera y las urgentes necesidades en otros sectores como la agricultura y la infraestructura, lo que refleja una deformación en las prioridades de inversión del régimen.
¿Cómo afecta la crisis económica a la producción de materiales de construcción en Cuba?
La crisis económica ha reducido la producción de cemento en Cuba a solo el 10% de su capacidad instalada en 2024. Esto, junto con la falta de inversión y mantenimiento en las plantas cementeras, ha impactado severamente el programa de viviendas y otras infraestructuras esenciales.
¿Qué es la estanflación y cómo está afectando a Cuba en 2024?
La estanflación es un fenómeno económico que combina alta inflación con estancamiento o decrecimiento económico. En 2024, Cuba enfrenta una inflación interanual del 28% y una economía en decrecimiento, lo que complica el acceso de los ciudadanos a bienes y servicios básicos y erosiona su calidad de vida.
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