Una nueva avería en la Empresa Termoeléctrica de Cienfuegos provocó la salida del bloque 3 del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), según informaron las autoridades este domingo.
La causa, insólitamente, no es la falta de mantenimiento, sino todo lo contrario: el régimen asegura que la falla fue consecuencia de los más de seis meses que la unidad pasó bajo procesos de mantenimiento programado.
Lo más leído hoy:

“Reiteramos a la población que este tipo de fallas suele ocurrir dado al período de tiempo, más de 6 meses, que el bloque estuvo en mantenimiento”, repitió en redes sociales el vocero oficialista identificado como 'Raúl CTC Holguín', intentando justificar lo que a todas luces parece un nuevo fracaso técnico.
La explicación desató una ola de indignación y burlas entre los cubanos, quienes calificaron como “absurdo” que se presente el mantenimiento prolongado como causa de una avería apenas días después del arranque.
“¿Entonces mientras más se repara, más se rompe?”, preguntó una usuaria visiblemente molesta. “Eso es como llevar el carro al mecánico una semana y que explote al sacarlo del taller”, ironizó otro comentarista.
Especialistas y trabajadores del sector eléctrico también manifestaron su escepticismo. El usuario Hugo Mutis, identificado como técnico, criticó la lógica del comunicado.
“Nada de eso tiene lógica. Precisamente por eso, porque viene de un mantenimiento prolongado -donde hay tiempo para realizar los trabajos con calidad y precisión, pruebas de todo tipo, rodajes de la turbina para detectar posibles problemas-, realizar los ajustes pertinentes y pruebas hidráulicas a la caldera no deben suceder estos problemas”, dijo Mutis.
Según este usuario, “hubo tiempo para todo, y si hay que hacer ajustes a la turbina y sus agregados, es que la unidad no se encontraba a punto para su sincronización”.
“Más bien es todo lo contrario: estas averías deben suceder en mantenimientos cortos donde se acometen muchos trabajos correctivos en forma maratónica para una pronta sincronización. Cuando se trabaja bien y existe un buen control de calidad, nada de eso debe suceder, precisamente porque viene de un mantenimiento prolongado. En este caso, si algo sobra, es tiempo para garantizar un arranque seguro y estabilidad en su funcionamiento. Lo demás es cuento y justificaciones”, añadió.
Una narrativa oficial plagada de excusas técnicas y absurdos
Esta no es la primera vez que el régimen recurre a justificaciones técnicas para explicar los apagones que asolan el país. Más allá del "bloqueo estadounidense", el gobierno de Miguel Díaz-Canel hace todo tipo de contorsiones para justificar su pésima gestión.
De hecho, la retórica oficial ha evolucionado hacia un catálogo de excusas cada vez más inverosímiles. Desde “tubos oxidados” hasta el misterioso “flushing”, pasando por la culpa al tiempo lluvioso, las inversiones o a procesos internos inaplazables, las autoridades han preferido justificar los apagones en causas abstractas antes que asumir responsabilidades estructurales.
Una de las justificaciones más cuestionadas ha sido la que responsabilizaba a supuestos tubos defectuosos del mal funcionamiento general de unidades del SEN.
En otra ocasión, se habló de la posibilidad de “fabricar piezas de manera autóctona”, pero faltaba la "materia prima". Como si el país no hubiera tenido décadas para prever el desgaste natural de sus plantas envejecidas. Incluso, en tono casi humorístico, se llegó a sugerir que los apagones fomentaban la “interacción familiar”.
Esta serie de explicaciones ha sido ampliamente ridiculizada por los ciudadanos, que denuncian la desconexión total entre la narrativa del poder y la realidad en los hogares. Para muchos, lo que está en juego no es solo la falta de electricidad, sino la constante burla a su inteligencia y sufrimiento diario.
“No tiene lógica”, “ya ni sabemos cuándo hay luz”, “esto es una falta de respeto constante” o “otra más para el meme” fueron expresiones recurrentes entre cientos de mensajes de cubanos que, lejos de sorprenderse por otra avería, parecían más hastiados de la misma narrativa repetitiva.
Sin soluciones reales a la vista
El discurso oficial intenta normalizar las interrupciones, amparándose en tecnicismos y explicaciones repetidas, pero la realidad que vive la población cubana es otra.
Las termoeléctricas, muchas con más de 30 años de explotación, ya no garantizan estabilidad ni capacidad mínima para sostener la demanda. Las reparaciones, lejos de ofrecer alivio, parecen ser parte de un ciclo sin fin: mantenimiento, entrada temporal al SEN, avería y nueva salida.
En ese ciclo vicioso, los cubanos ya no esperan explicaciones, sino soluciones concretas. Pero mientras no exista voluntad política, inversión real ni planificación energética con perspectiva de país, todo indica que las noticias seguirán hablando de “averías imprevistas” y “trabajos de ajuste”, mientras el pueblo se sumerge, cada vez más, en la oscuridad.
El país de los apagones sin responsables
Mientras los funcionarios repiten comunicados prefabricados y visitan plantas que no logran estabilizarse ni 72 horas, la población cubana sigue enfrentando apagones de más de 10 horas diarias.
La vida cotidiana se ha visto completamente alterada: alimentos que se echan a perder, niños que no pueden dormir, ancianos sin ventilación, madres cocinando a oscuras. Y mientras tanto, el discurso oficial no ofrece soluciones, solo excusas.
¿Desde cuándo no comparece el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, para explicar la situación del SEN y el avance de su estrategia para recuperarlo?
El caso del bloque 3 de Cienfuegos no es un hecho aislado, sino una muestra más del colapso sostenido del SEN y de una forma de gobernar donde los responsables se escudan en tecnicismos mientras la población paga las consecuencias.
El absurdo ya no es solo que una avería surja tras seis meses de reparación, sino que el régimen espere que el pueblo lo entienda… y lo acepte.
Archivado en: