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"Es como echarte un cubo de agua fría, bien sucio", dice Lianet Llanes, una madre cubana residente en Estados Unidos que lleva tres años esperando reencontrarse con su hija de apenas 10 años.
La esperanza que mantenía viva se desmoronó este lunes, tras la entrada en vigor de la nueva Proclamación Presidencial firmada por Donald Trump, que suspende los procesos de reunificación familiar para cubanos reclamados por residentes permanentes legales, informó Telemundo 51.
La orden ejecutiva, firmada el pasado miércoles 4 de junio, forma parte de un nuevo “travel ban” que afecta a ciudadanos de 19 países, incluida Cuba. En el caso cubano, la restricción es parcial, pero sus consecuencias son profundas. Se suspenden las visas de turismo, negocios, estudios e intercambio, además de los trámites migratorios para miles de familias cubanas en espera.
Reencuentros que vuelven a postergarse
Lianet recibió la aprobación del caso de su hija el 23 de mayo. Solo faltaba la entrevista consular. “Es una niña muy activa, pero desde que le dimos la noticia, dejó de jugar, empezó a estudiar inglés y nos preguntaba cómo eran las escuelas. Hace dos días nos tocó decirle que algo está fallando… y, desde entonces, no quiere hablar con nadie”, relata.
Como ella, miles de cubanos enfrentan ahora una parálisis migratoria, en medio de un proceso que ha sido largo, costoso y emocionalmente desgastante.
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La proclama firmada por Trump suspende la emisión de nuevas visas a cubanos en categorías B-1 (negocios), B-2 (turismo), F (estudios), M (formación técnica) y J (intercambio cultural). Además, detiene los procesos migratorios en categorías familiares que no califican como “familia inmediata” de ciudadanos estadounidenses:
- Hijos solteros mayores de 21 años
- Hijos casados de cualquier edad
- Hermanos de ciudadanos
Las únicas excepciones contempladas son para padres, cónyuges e hijos menores de ciudadanos estadounidenses, así como residentes permanentes con green card ya expedida.
Además, pese a la severidad de la medida, el Departamento de Estado aclaró, mediante un cable diplomático firmado por el secretario Marco Rubio y obtenido por The Associated Press, que las visas ya emitidas antes del 9 de junio no serán revocadas. Los titulares de visas válidas pueden ingresar a EE.UU., aunque la admisión final queda en manos del Departamento de Seguridad Nacional.
Un limbo migratorio que revive viejos traumas
De acuerdo con expertos legales, el endurecimiento de las medidas se justifica por la falta de cooperación de Cuba en materia de repatriaciones y seguridad consular, así como por su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Sin embargo, los efectos reales se sienten en el plano humano, donde existen familias separadas, menores afectados emocionalmente, y padres que ahora deben esperar más años para reencontrarse con sus hijos.
El abogado Armando Olmedo, citado por Univision, explicó que incluso quienes ya tienen una visa aprobada podrían enfrentarse a obstáculos consulares o negaciones, especialmente si han tenido vínculos laborales con el gobierno cubano o afiliaciones políticas, aunque no existan pruebas concluyentes.
Desde el blog Café Fuerte hasta Martí Noticias, los medios han advertido que este es el mayor obstáculo para la migración legal cubana en cuatro décadas. El Departamento de Estado aclaró que la entrada al país, incluso con visa válida, no está garantizada al 100%, y que los oficiales migratorios en puertos de entrada tendrán mayor discrecionalidad para aceptar o rechazar el ingreso.
Se recomienda a los cubanos:
- Verificar la validez de sus visas
- No permanecer fuera de estatus legal
- Consultar con abogados si tienen procesos pendientes
- Solicitar extensiones formales si ya se encuentran en EE.UU.
Mientras tanto, los consulados podrían adoptar interpretaciones más estrictas de la norma, lo que retrasaría aún más los procesos para familiares reclamados por residentes.
Un derecho que se convierte en privilegio
“Hoy te hablo por todos esos padres que son residentes. Yo en dos años me haré ciudadana, pero son dos años más de sufrimiento esperando a que mi hija llegue”, afirma Llanes a Telemundo 51.
Para ella y para muchos, la reunificación familiar no es un trámite burocrático, sino una promesa de vida que vuelve a quedar suspendida.
La medida no solo frena vuelos. Frena abrazos, primeras palabras, juegos compartidos y años perdidos de infancia. Y para muchos cubanos, el sueño americano ahora tiene más muros que puentes.
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