La inmobiliaria estatal Cubija, que gestiona el arrendamiento de inmuebles a empresas y particulares extranjeros en Cuba, ha implementado una política que exige a sus inquilinos extranjeros pagar el alquiler en dólares estadounidenses (USD) en lugar de pesos cubanos (CUP).
La medida entrará en vigor a partir del próximo 1 de julio y afecta a los inquilinos no cubanos, tanto empresas como particulares, según dio a conocer la agencia EFE.
La medida supone un importante trastorno para las empresas internacionales, que hasta ahora estaban cobrando -muchas veces del propio Estado- en CUP, una moneda que no se puede utilizar fuera de Cuba y que vale cada vez menos dentro del propio país.
El cambio ha generado preocupación entre las empresas afectadas, ya que representa un aumento significativo en los costos de alquiler, especialmente considerando la diferencia entre el tipo de cambio oficial (1 USD = 24 CUP) y el valor del dólar en el mercado informal (alrededor de 375 CUP).
El régimen argumenta que esta medida, autorizada por la Resolución 20/2025 del Ministerio de Economía y Planificación, busca que ciertas empresas estatales accedan a una fracción de las divisas que generan, lo cual supone un paso más hacia la dolarización en Cuba en todos los ámbitos.
Cubija forma parte del grupo empresarial PALCO S.A., el cual está bajo el control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a través del conglomerado GAESA.
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Impacto económico para empresas extranjeras
De acuerdo con varias comunicaciones enviadas por Cubija a sus inquilinos no cubanos -a las que tuvo acceso EFE- se utilizará el tipo de cambio oficial de 1 USD = 24 CUP, aplicable a personas jurídicas.
Ello multiplica hasta por quince el costo de los contratos para muchos arrendatarios, al compararse con el tipo de cambio real en el mercado informal.
El nuevo esquema ha sido recibido con malestar por parte de empresas y particulares extranjeros, varios de los cuales habrían respondido por escrito a la inmobiliaria expresando su rechazo.
La citada agencia noticiosa asegura que algunos incluso se han negado a adoptar el cambio, que consideran abrupto y perjudicial para su operación en la isla.
Un contexto de escasez y control financiero
Cubija justificó la medida explicando que el Ministerio de Economía y Planificación aprobó el pasado 31 de marzo un "esquema de financiamiento en divisas" para las empresas del grupo Palco.
Dicho esquema forma parte de un intento más amplio del gobierno cubano de habilitar mecanismos que permitan a ciertas entidades acceder a un porcentaje de las divisas que generan, en un país donde la mayoría de las cuentas bancarias carecen de respaldo en efectivo.
Cuba atraviesa una severa crisis financiera, con un sistema bancario que impone fuertes restricciones a la extracción de dinero, tanto en pesos como en divisas.
Desde hace meses, los bancos limitan la extracción de CUP en efectivo, y el acceso a divisas es prácticamente inexistente, según reportan compañías extranjeras.
Crece el malestar entre empresas extranjeras en Cuba
No escampa para las empresas extrajeras en Cuba. En abril, el Gobierno cubano comunicó a empresas internacionales radicadas en la isla que no podrían repatriar divisas desde sus cuentas.
En compensación, les ofreció abrir nuevas cuentas con fondos depositados desde el exterior, prometiendo disponibilidad total de esos recursos.
Sin embargo, muchas de esas cuentas no han funcionado como se esperaba, lo que ha minado aún más la confianza de los inversionistas.
Medidas de emergencia en una economía colapsada
Ante la desesperada necesidad de divisas, el Gobierno ha adoptado varias medidas de emergencia, como la creciente apertura de tiendas que operan exclusivamente en dólares y el cobro de determinados servicios y trámites en moneda extranjera.
Este nuevo episodio se inscribe en una crisis de larga data, agravada por la pandemia de coronavirus, por una larga lista de reformas económicas fallidas y por el endurecimiento de las sanciones de EE.UU.
La economía cubana, con una producción nacional en declive, depende de importaciones para cubrir cerca del 80 % del consumo interno, en especial de alimentos y combustibles.
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