¿Pueden las autoridades locales en EE.UU. impedir que los agentes de inmigración federales operen sin identificarse y con el rostro cubierto? Una nueva propuesta legislativa busca responder a esa pregunta con un rotundo sí.
En medio de un clima de creciente preocupación por las tácticas utilizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), congresistas de Illinois han presentado un proyecto de ley que apunta a erradicar lo que consideran una peligrosa tendencia: la actuación de agentes enmascarados y anónimos en operativos migratorios.
Una ley contra la “policía secreta”
La llamada “Ley de No Policía Secreta de 2025” (No Secret Police Act of 2025) busca enmendar la Ley de Seguridad Nacional de 2002, estableciendo requisitos de visibilidad e identificación para todos los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La legislación prohíbe expresamente el uso de mascarillas o coberturas faciales y obligaría a los agentes a portar uniformes, insignias y credenciales visibles que los identifiquen como tales.
“Los agentes del ICE usan máscaras, ocultan sus identidades y secuestran a personas en las calles sin orden judicial. Eso no es hacer cumplir la ley; es una operación clandestina, y debe detenerse”, afirmó el congresista Jesús “Chuy” García, uno de los copatrocinadores de la iniciativa en declaraciones recogidas por la prensa local de Chicago.
La propuesta ha sido respaldada por siete representantes demócratas de Illinois: García, Delia Ramírez, Jonathan Jackson, Danny Davis, Sean Casten, Raja Krishnamoorthi y Janice Schakowsky.
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Presión también a nivel local
Más allá del Congreso, en Chicago también hay movimientos paralelos.
El Consejo del Distrito Policial 12 exigió al alcalde Brandon Johnson y al superintendente Larry Snelling que prohíban el uso de mascarillas entre agentes federales que actúen en la ciudad.
En una carta enviada el 24 de junio, los concejales del distrito demandaron “normas de identificación” claras para todos los funcionarios del orden.
“Como mínimo, necesitamos saber exactamente quiénes son al acercarse a cualquier residente. Es decir, sin mascarilla y con una etiqueta identificativa de la agencia, así como una placa o credencial”, declaró Leonardo Quintero, miembro del consejo.
La iniciativa local también cuenta con el apoyo del concejal Andre Vásquez, presidente del comité de inmigración de la ciudad. Vásquez señaló que, hasta la fecha, no han recibido ninguna respuesta ni estrategia concreta por parte de las autoridades locales o estatales para proteger a los residentes frente a los agentes enmascarados del DHS.
Tácticas encubiertas: entre la seguridad y el temor
El uso de máscaras por parte de agentes del ICE se ha incrementado desde el segundo mandato de Donald Trump.
De acuerdo con Scott Shuchart, exfuncionario de políticas de ICE, esta práctica contradice los principios de transparencia policial en EE.UU.:
“En general, el personal policial necesita tener parches con nombres, números de placa u otros indicios que el público pueda ver y usar para presentar quejas”.
El ICE, sin embargo, ha defendido el uso de cubiertas faciales como una medida de protección frente al “doxing”, la publicación en internet de información personal.
“Hay gente tomando fotografías de los nombres y de sus rostros y publicándolas en línea con amenazas de muerte”, justificó Todd Lyons, jefe interino de ICE.
Tom Homan, zar fronterizo de Trump, también respaldó esta postura: “Han sido víctimas de doxing repetidamente. Debería saberlo porque a mí también me han hecho doxing miles de veces”.
Una tendencia nacional alarmante
Los operativos con agentes enmascarados no se limitan a Chicago.
Se han reportado incidentes similares en Miami, Los Ángeles, San Diego, Boston y otras ciudades.
En un caso ampliamente difundido en redes sociales, agentes armados y sin identificación arrestaron a la estudiante turca Rumeysa Ozturk en un suburbio de Boston. Su reacción de terror, grabada en video, desató una ola de críticas y protestas.
En California, legisladores estatales han presentado una propuesta para prohibir el uso de mascarillas por parte de agentes de inmigración.
Asimismo, el alcalde de Huntington Park, Arturo Flores, ha ordenado que la policía local verifique la identidad de cualquier agente que participe en redadas dentro de los límites de la ciudad.
Impacto en la comunidad inmigrante
Los defensores de los derechos de los inmigrantes y académicos han advertido que estas tácticas pueden tener efectos devastadores.
Adam Goodman, profesor de historia en la Universidad de Illinois en Chicago, señaló: “Es motivo de increíble preocupación y puede conducir a la discriminación racial y a la violación de los derechos y libertades civiles básicos”.
Organizadores y testigos han denunciado la utilización de vehículos sin identificación, negativas a mostrar credenciales, y arrestos sin orden judicial ni información clara sobre el procedimiento. Algunos agentes enmascarados llevaban chalecos con insignias de otras agencias como la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), colaboradora de ICE en ciertos operativos.
Una batalla legal compleja
Aunque la intención de la ley y las medidas locales es clara, su aplicación presenta desafíos. No existen normas federales que prohíban el uso de máscaras por parte de fuerzas del orden, y aún no está claro si las autoridades locales pueden imponer regulaciones vinculantes a agentes federales.
Aun así, en Chicago, el jefe de policía comunitaria Angel Novalez afirmó que los residentes pueden llamar a la policía si sospechan que alguien se hace pasar por un agente. “La policía intentará verificar su identidad”, aseguró.
Escalada de recursos y temor a deportaciones masivas
El debate se intensifica en un contexto de aumento de presupuesto y capacidades de ICE. Bajo la legislación fiscal impulsada por Trump, ICE podría convertirse en la agencia de orden público más grande del país, con $170,000 millones en fondos. Estos se destinarían a nuevos centros de detención, expansión del muro fronterizo, contratación de jueces migratorios y ampliación de operaciones de arresto y deportación.
“Va a ser muy difícil. No tenemos los mismos recursos que el gobierno”, alertó Eréndira Rendón, vicepresidenta de justicia para el inmigrante en el Proyecto Resurrección. “Con tantos oficiales y más redadas, será un desafío representar a todos”.
Los promotores de la Ley de No Policía Secreta insisten en que el anonimato de los agentes erosiona la confianza pública, viola los derechos civiles y crea una cultura de impunidad.
“La falta total de identificación y el total desprecio por la seguridad personal de cualquiera con quien interactúen ha sido aterrador”, expresó un organizador de Chicago que pidió anonimato por razones de seguridad.
El mensaje del consejo del distrito policial del Cercano Oeste resume el espíritu de esta lucha: “Sin mascarillas. Sin ocultamiento. El público tiene derecho a saber quién interactúa con ellos y bajo qué autoridad”.
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