La provincia de Las Tunas perdió 11,5 % de su población en los últimos ocho años, un desplome demográfico que evidencia el envejecimiento, la emigración sostenida y la falta de relevo generacional.
El oriental territorio cerró 2024 con 475,343 habitantes; 61,878 menos que en 2016, cuando se contabilizaron 537,221 residentes.
Solo de 2022 a 2024 se cuentan 53,510 tuneros menos. El dato es imposible de maquillar: la provincia se está quedando sin gente, evidenció una infografía publicada por el periódico oficial 26.

El declive no es uniforme. La capital provincial concentra el 40 % de la población, mientras que municipios como Jesús Menéndez y Majibacoa siguen marcadamente rurales, con menos del 35 % de sus residentes en zonas urbanas. Estos territorios, lejos de los focos y las inversiones, viven una realidad comparable a la de Yateras (Guantánamo) o Jimaguayú (Camagüey), dos de los municipios más rezagados del país.
La emigración golpea sin tregua. Los ocho municipios tuneros pierden habitantes cada año por esta causa. Los más afectados son Las Tunas, Manatí y Jobabo, reconoce la gráfica, lo que refleja una desesperanza creciente, incluso en zonas antes consideradas más dinámicas. El éxodo no discrimina: jóvenes, adultos y profesionales buscan afuera lo que dentro ya no encuentran.
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Mientras tanto, el envejecimiento se acelera. Un cuarto de la población tunera tiene 60 años o más, y en Jesús Menéndez esa cifra se eleva al 26,5 %, superando incluso la media nacional. Majibacoa es el municipio "más joven", pero aun así casi el 24 % de sus habitantes son adultos mayores.
En cuanto al género, la proporción se mantiene casi pareja: 49,7 % mujeres y 50,3 % hombres. Sin embargo, en municipios como Jobabo y Manatí, la presencia masculina es significativamente más alta, un patrón también visible en otras zonas rurales del país. Solo en la capital provincial las mujeres son mayoría dentro de la población efectiva.
La radiografía poblacional de Las Tunas en 2025 es clara y preocupante. Lo que antes era una tendencia hoy es un hecho consumado: menos nacimientos, más emigración, más vejez y menos futuro. La provincia necesita más que planes y discursos; necesita respuestas reales antes de que el vaciamiento sea irreversible.
El Consejo Provincial de las Ciencias Sociales de Guantánamo reconoció recientemente el grave declive poblacional que enfrenta el territorio, con una pérdida superior a los 40,000 habitantes desde 2019, de las cuales 38,000 pertenecen a la población en edad laboral.
Esta fuga masiva refleja el empobrecimiento progresivo de la provincia y el fracaso de las políticas para estimular la permanencia y desarrollo de las personas, especialmente de los jóvenes. Ilustra asimismo la precariedad que golpea con más fuerza a las comunidades rurales.
Cuba atraviesa una crisis demográfica sin precedentes. En 2024, el país perdió más de 300,000 habitantes y registró su menor tasa de nacimientos en décadas.
Al cierre de 2024, la población efectiva en la isla era inferior a los 10 millones de habitantes y se registró el menor número de nacimientos en más de seis décadas, confirmó a fines de mayo el vicejefe de la ONEI, Juan Carlos Alfonso Fraga.
Según la ONEI, entre 2020 y 2024 Cuba perdió más de 1,4 millones de habitantes, con una disminución natural de 56,740 personas solo en el último año.
No obstante, un estudio demográfico independiente acotó que la población residente en Cuba ya se sitúa por debajo de los ocho millones de personas. Este dato representa una caída del 24 % en apenas cuatro años, una cifra comparable con escenarios de guerra.
El estudio, realizado por el reconocido economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, y al que tuvo acceso la agencia EFE, estima que a finales de 2024 vivían en la isla 8,025,624 personas, muy por debajo de lo que reflejan las estadísticas oficiales cubanas.
El fenómeno del descenso sostenido de la natalidad ha venido acompañado por un alto nivel de envejecimiento demográfico que ubica a Cuba como el país más envejecido de América Latina y el Caribe.
Actualmente, el 25,7% de la población cubana tiene 60 años o más, un índice comparable al de los países desarrollados, pero sin el respaldo institucional ni económico que caracteriza a esos contextos. Las provincias más afectadas por este fenómeno son Villa Clara, con un 29,1 %, y La Habana, con un 28,1 %, las únicas que superan el 28 %.
El economista cubano Pedro Monreal sostiene que esta conjunción de fenómenos tiene “un gran impacto negativo” y advierte que las políticas implementadas hasta el momento para enfrentar el envejecimiento “no son suficientes”. Además, señala que no existe una visión estratégica de política pública para abordar de manera integral este desafío.
Preguntas frecuentes sobre el declive poblacional en Las Tunas y la crisis demográfica en Cuba
¿Cuál es la situación actual de la población en Las Tunas?
La provincia de Las Tunas ha perdido el 11,5% de su población en los últimos ocho años, cerrando 2024 con 475,343 habitantes. Este fenómeno se debe al envejecimiento, la emigración sostenida y la falta de relevo generacional. La capital provincial concentra el 40% de la población, mientras que municipios como Jesús Menéndez y Majibacoa son marcadamente rurales.
¿Cómo afecta la emigración a la población de Las Tunas y Cuba en general?
La emigración es uno de los factores más críticos que afecta tanto a Las Tunas como al resto de Cuba. En 2024, más de 250,000 cubanos emigraron, contribuyendo a la pérdida de más de 300,000 habitantes en el país. Esto refleja un empobrecimiento progresivo y el fracaso de las políticas para estimular la permanencia de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes.
¿Cuál es el impacto del envejecimiento demográfico en Cuba?
El 25,7% de la población cubana tiene 60 años o más, lo que convierte a Cuba en el país más envejecido de América Latina y el Caribe. Esta situación plantea grandes desafíos sociales, económicos y de salud, especialmente en un contexto de baja natalidad y emigración masiva de jóvenes. Las provincias más afectadas por el envejecimiento son Villa Clara y La Habana.
¿Qué acciones ha tomado el gobierno cubano ante la crisis demográfica?
El gobierno cubano ha intentado implementar políticas para incentivar la natalidad y frenar la emigración, pero estas medidas han sido insuficientes. No existe una visión estratégica sólida para abordar de manera integral esta crisis, y la falta de un censo actualizado complica la evaluación precisa de la situación demográfica.
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