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El campismo San Pedro, en el municipio artemiseño de Bahía Honda, enfrenta un deterioro progresivo que pone en peligro su existencia, con apenas la mitad de sus cabañas en funcionamiento, infraestructura abandonada y servicios mínimos, mientras la inacción institucional y el vandalismo aceleran su decadencia.
De unas 70 cabañas que tuvo en su mejor momento, apenas la mitad prestan servicio en 2025, sin condiciones adecuadas.
Las secuelas del huracán Rafael (2024), unido al vandalismo, la ocupación ilegal de viviendas vacías y la falta de mantenimiento, transformaron un sitio que antes ofrecía vacaciones dignas a precios populares en una instalación desfigurada, reconoció un reportaje del periódico oficial El artemiseño.
Las luminarias siguen en el suelo, los juegos infantiles ya no existen y los servicios gastronómicos son escasos o nulos, aunque las versiones del director y los vacacionistas no coinciden del todo.
“El personal del campismo es muy agradable, pero no ofrecen gastronomía ni recreación. El parque infantil se perdió. Cocinamos con equipos eléctricos, pero ante los constantes apagones usamos variantes”, como una hornilla con leña y algún trozo de carbón ya deshecho, explicó un vacacionista que, aseguró, acude a la instalación una vez por temporada desde hace casi 20 años con su esposa, hijas y nietos.
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En contraste, Juan Jesús Gamiotea Pozo, director de San Pedro hace dos años, aseguró que “tenemos para elaborar almuerzos y cenas, pero los campistas no lo solicitan, ellos se cocinan”, aunque en voz de los vacacionistas había otra versión
Ocurre lo mismo con la venta del módulo que, según el director, incluía papel higiénico, licor, y otros bienes, pero que aún no se les ha vendido. “Algo medio raro”, observó el medio de prensa.
Inclusive, los pocos visitantes que llegan deben transportar desde casa hasta el agua potable, ya que no hay suministro regular ni venta suficiente en la instalación.
El resultado es el mismo: abandono institucional, escasa gestión, y una estructura administrativa sin capacidad real para recuperar lo perdido.
La falta de recursos, personal y voluntad se suma a una crisis estructural. Con un solo vehículo viejo, apenas 20 litros de diésel al mes y salarios por debajo de los 3,000 pesos, la administración reconoce no tener margen para hacer más.
Mientras tanto, algunas familias damnificadas del huracán ocuparon por cuenta propia cabañas de la antigua villa del Ministerio del Interior (Minint), ahora en manos de la Empresa de Alojamiento, lo que derivó en saqueos y apropiaciones irregulares.
Ni siquiera los esfuerzos de algunos vacacionistas por mantener la tradición familiar logran disimular el estado crítico del lugar. El panorama recuerda peligrosamente al campismo La Herradura, que desapareció sin retorno. Si no se rompe la inercia ahora, San Pedro también podría convertirse en otro punto borrado del mapa turístico popular.
En 2023 los siete campismos artemiseños sumaban 310 cabañas. En 2025, solo se encuentran disponibles 242, 68 menos (30 de estas en San Pedro), declaró Niurka Quintana Pérez, directora de Campismo Popular en la provincia.
En 2024, la prensa oficialista expuso el deterioro a que están sometidas las instalaciones de Campismo Popular en la isla, otrora fuentes de diversión y esparcimiento de la familia cubana, durante los meses de verano o fines de semana.
Al respecto, el periódico 26, de Las Tunas, sostuvo que tales instalaciones, de gran disfrute por la familia cubana que no podía acceder a las ofertas de hoteles, “son un cuadro triste de años gloriosos reducidos a suciedad, decadencia y, en algunos lugares, desperdicio”.
El Campismo Popular fue una idea del dictador Fidel Castro, como una opción de esparcimiento entre los cubanos, aunque, en realidad, lo que logró fue diferenciar a aquellos que podían visitar hoteles y los que no.
Administrados por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), promovía varias opciones, entre ellas el baño en la playa o ríos, el excursionismo, las acampadas.
Muchos cubanos recuerdan con nostalgia las estancias en estos lugares durante las décadas de 1980 y 1990, y otros hablan de ellas con resignación, debido a las condiciones deterioradas en algunos campismos, las largas colas que se hacían para comprar los alimentos, o las dificultades con el transporte.
A inicios de 2023, al darse a conocer nuevas tarifas en las bases de campismo de la provincia Villa Clara, cubanos recordaron que esa modalidad se concibió para que estuviera al alcance de los cubanos de a pie, aquellos con menos recursos.
En medio de una creciente crisis energética y bajo condiciones económicas extremas, el gobierno cubano lanzó su campaña de verano 2025 bajo el lema “Siempre Joven”, con una propuesta que busca mantener a los cubanos ―especialmente a niños y jóvenes― entretenidos sin salir de sus comunidades.
Pero la población enfrenta limitadas opciones reales para disfrutar del receso escolar y laboral. El acceso a los campismos, por ejemplo, depende del transporte a las instalaciones, y aunque la vicepresidenta de Campismo Popular aseguró que aún quedan ofertas disponibles, se reporta un 85% de ocupación y dificultades logísticas.
Preguntas frecuentes sobre el deterioro del campismo San Pedro en Artemisa
¿Cuál es el estado actual del campismo San Pedro en Artemisa?
El campismo San Pedro está en un estado de deterioro progresivo, con apenas la mitad de sus cabañas en funcionamiento y una infraestructura en abandono. La falta de mantenimiento, el vandalismo y la ocupación ilegal de viviendas agravan la situación.
¿Qué problemas enfrentan los visitantes del campismo San Pedro?
Los visitantes del campismo San Pedro enfrentan falta de climatización en las cabañas, servicios gastronómicos escasos o nulos, y deben llevar desde casa incluso el agua potable debido a la ausencia de suministro regular. Además, los apagones frecuentes obligan a buscar alternativas para cocinar.
¿Cuál es la respuesta de las autoridades ante el deterioro del campismo San Pedro?
La respuesta institucional ha sido insuficiente, con un reconocimiento de la falta de recursos y personal por parte de la administración, que admite no tener margen para mejorar la situación debido a limitaciones en infraestructura y presupuesto.
¿Qué impacto tienen las condiciones del campismo San Pedro en el turismo local?
El deterioro del campismo San Pedro afecta negativamente el turismo local, reduciendo las opciones de esparcimiento para la población cubana de bajos recursos y poniendo en riesgo la continuidad de este tipo de instalaciones, que en el pasado fueron populares y accesibles.
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