Viajar en avión dentro de Estados Unidos podría volverse aún más cómodo en el futuro cercano.
Luego de eliminar recientemente la obligación de quitarse los zapatos en los controles de seguridad, el Departamento de Seguridad Nacional ahora evalúa flexibilizar otra de las medidas más impopulares entre los pasajeros: las restricciones sobre líquidos en el equipaje de mano.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró a la prensa que está "cuestionando todo lo que hace la TSA", en referencia a la Administración de Seguridad en el Transporte, y sugirió que podría haber cambios importantes en la normativa sobre líquidos.
"Estoy cuestionando los líquidos. Así que ese podría ser el próximo gran anuncio sobre cuál es la cantidad de líquidos", dijo Noem.
Aunque no ofreció detalles específicos ni plazos, aseguró que se están evaluando nuevas capas de revisión que permitirían mantener la seguridad sin recurrir a medidas tan restrictivas.
"En la TSA, hemos implementado un proceso de revisión en múltiples capas que nos permite cambiar parte de cómo llevamos a cabo las labores de seguridad y control para que siga siendo seguro", agregó.
Lo más leído hoy:
Desde 2006, los viajeros en Estados Unidos solo pueden llevar líquidos en envases de hasta 100 mililitros (3.4 onzas) dentro de una bolsa plástica resellable.
Esta normativa fue implementada tras frustrarse un plan terrorista que pretendía usar explosivos líquidos a bordo de aviones.
Con el paso del tiempo, las limitaciones han generado confusión y frustración entre pasajeros que han debido descartar botellas de agua, productos de higiene personal e incluso alimentos como yogur o mantequilla de maní.
La posible flexibilización sigue la línea del anuncio realizado el 8 de julio por la propia Noem, cuando confirmó que los pasajeros ya no estarían obligados a quitarse los zapatos al pasar por los controles, una norma impuesta tras el intento fallido de atentado por parte del llamado "terrorista del zapato" en 2001.
"Con suerte, el futuro de un aeropuerto, hacia donde quiero llegar, es que entras por la puerta con tu maleta de mano, pasas por un escáner y vas directamente a tu avión", explicó la secretaria, visualizando un proceso más rápido, eficiente y menos invasivo para los pasajeros.
Por ahora, la normativa actual se mantiene, pero las declaraciones de Noem apuntan a una transformación en la experiencia aeroportuaria estadounidense, impulsada por mejoras tecnológicas y un enfoque más flexible de seguridad.
Archivado en: