Stephanie, una niña de siete años con discapacidad, y su abuela Mireiba, quienes llevaban meses viviendo a la intemperie tras el derrumbe de su vivienda en el municipio Venezuela, en Ciego de Ávila, han recobrado la alegría y la esperanza en las últimas horas, gracias a la solidaridad de numerosos cubanos que hicieron posible la compra de una nueva casa para ellas.
“¡Y se hizo la casa!”, escribió el activista Guillermo Rodríguez Sánchez en Facebook, al anunciar la compra de la vivienda y compartir el video del conmovedor momento en que la señora y su nieta visitaron por primera vez el hogar donde comenzarán a escribir nuevas páginas de su existencia.
Lágrimas, risas, sentimientos encontrados, un huracán de emociones para Stephanie y Mireiba, al comprobar que los días de infortunio y angustia dieron paso a una feliz realidad, y para Rodríguez, Verona Bonce y todas las demás personas que, con gran humanismo, colaboraron para que cambiara la vida de ambas.
“Estoy emocionada, emocionada… ¡Ay, Dios mío!”, expresó Mireiba, mientras recorría los espacios de su nueva casa y veía todo lo donado. En varias ocasiones, se enjugó las lágrimas con una toalla.
Mientras, Stephanie se apresuraba a descubrir cada rincón y no salía de su asombro: “¡Wowwww… qué linda está!”, exclamó. Antes, muy contenta, había abierto el escaparate en uno de los cuartos y tomado su primera decisión doméstica: “Este es mi parte y esta es la parte tuya”, le dijo a su abuela.
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Las fotos dejaron constancia del momento en que ambas posan muy felices al recibir las llaves de su hogar.
En la introducción del video y varias publicaciones, Rodríguez agradeció a las personas que donaron dinero y los efectos electrodomésticos y muebles para equipar la casa, además de ropas, zapatos y juguetes para la pequeña.
Con la suma recolectada tras iniciarse la campaña de ayuda en junio pasado, se pudo comprar la vivienda en el mismo barrio de la localidad de Venezuela donde ya residían la mujer y la niña, a sólo cuatro cuadras de su antiguo domicilio.
El activista publicó una relación detallada de la donación, empezando por la casa, que se adquirió con 500,000 pesos del dinero recaudado, y mencionando a las personas que obsequiaron refrigerador (de 80,000 pesos), televisor (120,000 CUP), ollas arrocera y frijolera, batidora y el juego de comedor. Mientras que el escaparate fue comprado con 10,000 pesos del monto reunido.
Destacó que seguidores de Ciego de Ávila y Camagüey regalaron 180 libras de ropa, zapatos y juguetes. También se compró pintura para la casa, que costó 9,000 pesos.
Rodríguez anunció que en los próximos días volverán a visitar la vivienda: “Cuando Mireiba haya pintado, limpiado, mudado sus pertenencias y organizado todo con más sorpresas y un brindis, entonces daré otro resumen financiero”.
“Hemos hecho hoy el bien supremo, hemos dado felicidad y cobijo a una valerosa abuela que asumió en condiciones infrahumanas la crianza de su nieta hipoacúsica cuando su mamá la dejó abandonada”, expresó.
“Este video les pertenece a ustedes, este logro es de la gente buena y empática, de almas sobradas de afecto que llegaron a borrar el desamparo”, manifestó en su emotivo mensaje, en el que agradeció a cada una de las personas solidarias, desde quienes dieron like y compartieron las publicaciones, hasta aquellos que depositaron su confianza en él y Verona, para enviarles “100 dólares o 100 pesos cubanos”.
“Dios nos está mirando hoy, Dios te está observando en todo momento y esa lluvia no es más que una limpieza divina enviada desde el cielo para purificar el momento”, manifestó. “Mireiba y Stephanie, disfruten su casa, la merecen con creces”.
En los comentarios, Verona reveló: “Faltan más cosas. Esto fue necesario, sin dilación, puesto que la niña y su abuelita estaban bajo la lluvia y así será el clima en los próximos días. Entregaremos más electrodomésticos y otros artículos. Tratamos de no descuidar detalles. Y el resultado final será la felicidad de esta nena preciosa y la tranquilidad de su abuelita”.
La campaña de ayuda a Mireiba, de 52 años, y su nieta Stephanie, de siete, se inició en junio, luego de que Rodríguez diera a conocer que ambas estaban viviendo al aire libre, tras el derrumbe unos tres meses antes de la precaria casa donde residían en el barrio Van Van, del municipio Venezuela.
La abuela se hizo cargo de la niña desde que fue abandonada por su madre hace unos meses. Stephanie, quien nació con una malformación congénita (agenesia del conducto auditivo) y es hipoacúsica, estuvo en una escuela especial para niños sordos y con discapacidad auditiva, y hoy cursa el segundo grado en la escuela “Venezuela Libre”.
La señora realizaba labores domésticas para ganar algo de dinero y sustentarse ambas en lo que quedó de la vivienda tras el derrumbe, sin electrodomésticos ni las más mínimas condiciones. Mientras, los vecinos las ayudaban dándoles un plato de comida.
Rodríguez señaló entonces que la mujer había pedido ayuda al gobierno local. “La única respuesta hasta ahora fue la entrega de esos troncos retorcidos que ven en una de las fotos”, denunció.
Añadió que, en esos días, de manera provisional, “se armó un techito más o menos con tejas viejas y algunos palos con la colaboración de vecinos”, para que ellas pudieran continuar durmiendo allí.
El caso de Stephanie y su abuela es sólo un ejemplo de la profunda crisis de la vivienda en Cuba.
En 2024, se construyeron cinco veces menos casas que en 1984 y quince veces menos que en 2006, según datos oficiales citados por el economista Pedro Monreal. “En el peor año del Período Especial (1992) se construyeron casi tres veces más viviendas que en 2024”, subrayó el experto.
Medios de prensa estatales informaron que el plan de viviendas del régimen tuvo un incumplimiento severo en el primer trimestre de 2025, al alcanzar sólo un 12,4 % de lo previsto. La escasez de cemento, la paralización de fábricas clave y la baja inversión pública han agravado el problema.
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