Lo que parecía una tarde prometedora de pesca en la bahía de Matanzas se convirtió, en cuestión de minutos, en una carrera desesperada por salvar la vida y rescatar el fruto de años de esfuerzo.
Alexander Fernández y Jorge Luis Ceballos, dos pescadores experimentados, narraron en un reportaje de Girón cómo un golpe inesperado en la popa de su embarcación terminó por hundirla, dejándolos a la deriva en pleno mar.
La jornada comenzó alrededor de las tres de la tarde. El plan era aprovechar el atardecer para capturar bonitos, y todo indicaba que sería un buen día.
“No se veía un pescado en toda la bahía hasta que, cerca de las seis, los bonitos comenzaron a ‘guajear’ afuera. Pegamos tres de forma seguida”, relató Ceballos.
Pero al subir el último, un golpe seco y potente sacudió la lancha. “Fue en la parte trasera, justo en la popa. Automáticamente empezó a entrar mucha agua”, recordó.
El instinto les dijo que debían dirigirse a aguas menos profundas para evitar perder la embarcación. Alexander trató de achicar con una cubeta, pero la entrada de agua era tan violenta que el motor no tardó en apagarse.
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El auxilio llegó de otro pescador que navegaba cerca. Al ver sus señas de socorro, se aproximó y lanzó una soga para remolcarlos.
“Todo pasó en menos de tres minutos; estábamos en medio del mar flotando”, contó Ceballos.
Sin embargo, la cuerda se rompió durante el arrastre. Aun así, lograron alcanzar una zona de diez brazas de profundidad, desde donde vieron cómo la lancha terminaba por hundirse.
Mientras tanto, en tierra, la presidenta de la base pesquera, Teresa, actuó con rapidez.
Movilizó a varios compañeros y en poco tiempo tres barcos grandes, junto a dos pescadores submarinos, llegaron al lugar.
Amarraron la embarcación con cáñamos gruesos y la sacaron hasta la bahía, recuperando además todo el equipo: remos, nylon, avíos de pesca e incluso el motor.
La pregunta inevitable es qué los golpeó. “En un primer momento pensé que era un tiburón”, confesó Ceballos.
“Pero ese día había una banda enorme de toninas en la bahía, y aunque nunca vi una con ese comportamiento, creo que pudo ser una de ellas.”
Alexander asintió: “Fue muy rápido y triste verla (la lancha) irse al fondo. Es el sacrificio de toda una vida, perderlo en nada”.
El susto fue tal que, según cuenta Ceballos, su compañero pensó que sería su último día como pescador. Sin embargo, una semana después, con la lancha reparada y el motor en condiciones, volvieron al mar.
“La primera vez nos mirábamos con miedo, pero rompimos y seguimos. Esta es nuestra profesión”, dijo. Hoy ambos regresan a zonas profundas con más precaución, pero sin dejar de hacer lo que aman.
Y aunque no tienen certeza absoluta de qué criatura marina provocó el siniestro, coinciden en que aquella tarde cambió para siempre su manera de entender cuán frágiles pueden ser un hombre y su bote en las aguas abiertas.
Preguntas frecuentes sobre el misterioso hundimiento en la bahía de Matanzas
¿Qué causó el hundimiento de la embarcación en Matanzas?
El hundimiento fue causado por un golpe inesperado en la popa de la embarcación, que provocó que comenzara a entrar agua rápidamente. Aunque no hay certeza absoluta de qué especie marina fue responsable, se sospecha que pudo haber sido una tonina o un tiburón debido a la fuerza del impacto.
¿Cómo fue el rescate de los pescadores tras el hundimiento?
Los pescadores Alexander Fernández y Jorge Luis Ceballos fueron rescatados por un colega que navegaba cerca, quien lanzó una soga para remolcarlos. Posteriormente, la comunidad pesquera movilizó barcos y buzos para recuperar la embarcación y el equipo perdido. A pesar de la rápida intervención, la lancha terminó por hundirse a unas diez brazas de profundidad antes de ser recuperada.
¿Es común que ocurran ataques de tiburones en Cuba?
Aunque en Cuba habitan más de 50 especies de tiburones, los ataques a humanos son extremadamente raros. Desde 1749 hasta 2023 se han registrado alrededor de 47 incidentes, de los cuales unos 23 fueron fatales. Estos eventos son poco frecuentes en comparación con otros riesgos costeros.
¿Cómo afectó el incidente a los pescadores involucrados?
El incidente cambió la manera en que los pescadores Alexander Fernández y Jorge Luis Ceballos entienden la fragilidad de su oficio en el mar abierto. A pesar del susto, decidieron volver al mar una semana después, con la lancha reparada y el motor en condiciones, demostrando su amor y dedicación por la pesca.
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