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La administración de Donald J. Trump ha alcanzado un nuevo récord en materia de control fronterizo: el menor número de cruces ilegales en la historia de Estados Unidos.
Según datos preliminares del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), correspondientes a octubre de 2025 —primer mes del año fiscal 2026—, se registraron solo 30.561 encuentros en todo el país, el nivel más bajo desde que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) comenzó a recopilar estadísticas.
El informe también destaca que, por sexto mes consecutivo, la Patrulla Fronteriza (USBP) no liberó a ningún inmigrante indocumentado dentro del territorio estadounidense, un logro que el DHS considera “sin precedentes en la historia moderna”.
“Historia hecha: el menor número de cruces fronterizos en octubre y seis meses consecutivos sin liberaciones. Esta es la frontera más segura de la historia”, celebró la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en un comunicado.
Por su parte, el comisionado de la CBP, Rodney Scott, afirmó que el objetivo del gobierno es “asegurar la frontera y proteger la nación”, destacando que los resultados se deben a una aplicación “sin excusas y sin política” de las leyes migratorias.
El DHS informó que los encuentros registrados en octubre fueron un 29 % menores al récord previo más bajo (43.010 en 2012) y un 79 % inferiores a los del mismo mes en 2024.
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En promedio, las autoridades reportaron 258 detenciones diarias, lo que equivale a menos de 11 por hora, una reducción del 95 % respecto al promedio diario durante la administración anterior.
Desde enero hasta finales de octubre, el número total de detenciones en la frontera suroeste asciende a 106.134, menos que el promedio mensual registrado bajo la administración de Joe Biden, que superaba las 155.000.
Aunque el gobierno de Trump celebra los datos como una muestra de “control y soberanía nacional”, la política migratoria ha sido fuertemente criticada por organizaciones de derechos humanos, que denuncian el endurecimiento de los procedimientos de asilo, el uso prolongado de detenciones y las deportaciones aceleradas.
Diversas ONG, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han cuestionado la falta de transparencia en los centros de detención y la situación de familias separadas en la frontera, mientras legisladores demócratas acusan a la Casa Blanca de utilizar la seguridad fronteriza con fines políticos.
La administración Trump sostiene que los resultados reflejan una “política migratoria efectiva” basada en la disuasión y la aplicación estricta de la ley.
No obstante, expertos advierten que la disminución de cruces también podría estar influida por factores económicos y climáticos en los países emisores.
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