Un video en TikTok, del perfil Covers Enoc, encendió un intenso debate a partir de una pregunta simple pero profunda para los cubanos: ¿Es bonito vivir en Cuba? ¿Vale la pena?
La grabación, protagonizada por un grupo de jóvenes cristianos, muestra cómo la fe y la familia se han convertido en el motivo para resistir dentro de la isla, a pesar de la miseria y el desencanto generalizado.
En el material, grabado en plena oscuridad por un apagón, uno de los entrevistados admite: “Bonito no creo que sea una palabra que se ajuste al contexto actual”. Sin embargo, luego sostiene que “vivir en Cuba todavía puede ser bello hasta cierto punto, teniéndonos unos a otros y estando todos juntos, los poquitos que quedamos”.
Otra joven explica que siguen adelante “porque hay confianza en Dios”, y la fe les permite mantener la esperanza en un cambio para la sociedad cubana. “Dios no ha terminado con este país. Si no ha terminado con Cuba, tampoco ha terminado con nosotros. Quedan motivos para dar gracias”.
La conversación deriva hacia lo espiritual, con una reflexión que se aleja de la política y coloca a la fe como refugio ante la desesperanza cotidiana.
El video desató una tormenta de opiniones en TikTok
Muchos usuarios al ver el video reaccionaron con comentarios críticos, dejando claro que hay dos bandos que reconocen un país destruido. Por un lado están quienes aún encuentran motivos para quedarse y de otra parte los que no ven salida dentro del sistema actual.
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“No es bonito vivir en Cuba. Es triste que haya millones de cubanos condenados por un gobierno incompetente que en más de seis décadas no ofrece esperanza”, escribió un usuario indignado. Otro, en tono sarcástico, comentó: “Bonito es vivir en Cuba con un familiar en Estados Unidos que los mantenga”.
Hubo quienes apelaron a la nostalgia. “Cuba duele, pero también se extraña”, expresó un internauta conmovido. Otro señaló: “La distancia es lo peor que han inventado. Aunque haya hambre y apagones, estar con la familia no tiene precio”.
Muchos emigrados expresan su amor por la isla pero ese sentimiento se mezcla con la tristeza de no poder volver. Han aprendido a sobrevivir en la distancia y han cerrado la puerta al dolor del pueblo cubano.
“No extraño nada de Cuba. No vale la pena perder los años de tu vida en esas condiciones”, indicó un lector.
En los comentarios al video, el debate se polarizó entre el apego emocional y la crítica política. Algunos interpretaron las entrevistas como “un mensaje romántico dirigido por el aparato ideológico del régimen”, mientras otros lo vieron como una muestra sincera de resiliencia espiritual.
“Cuando se cree que todo gira en torno a la política, se escriben esas cosas. Hay conversaciones para las cuales no todos están preparados”, opinó un usuario, resumiendo la esencia del intercambio.
Entre la fe, la nostalgia y la rabia, el video logró lo que pocos temas consiguen hoy en Cuba. Reunieron voces diversas para reflexionar sobre lo que significa vivir, soñar y construir una familia, dentro de un país en ruinas.
Nos guste o no, lo entendamos o no, más allá de los apagones, el hambre y el éxodo, hay cubanos que encuentran en Dios una luz que “no se apaga” y los ayuda a vivir en su país, a pesar de la represión, la política y el desaliento.
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