En Cuba existen más de 30 especies de aves en cautiverio. Desde el año 2013 la Cooperativa Ornitológica de Cuba Importadora y Exportadora (COCIE) ―con sede en La Habana y vinculada a la Asociación Nacional Ornitológica― ha sido la entidad encargada de vender, en el mercado mundial, las aves de ornamentales que se crían en el país.
El problema está, según destaca un reciente reportaje de Cubanet, en que el Estado Cubano se lleva cerca del 90 % de las ganancias de los criadores privados, quienes además, según declaran ellos mismos, no cuentan con las mejores condiciones para la cría.
Como en tantos otros sectores de la economía cubana, el Estado es quien controla la venta de aves en el extranjero, y se convierte en intermediario entre el criador y el cliente.
Luego, de sus propias ganancias, el criador tiene que comprarle al Estado "el alimento de las aves, las jaulas, los bebederos y hasta el producto químico empleado para dar coloración a las plumas de los pájaros; lo que les deja, al final, un estrecho margen de ganancia que desestimula el empeño por mantener la actividad".
Visto desde fuera, muy justo no parece.
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