El perro del presidente francés Emmanuel Macron, fue la nota jocosa durante una reunión del gabinete que tuvo lugar en la residencia de los Campos Eliseos.
La mascota "olvidó la diplomacia" y orinó frente a la chimenea de la casa, un gesto que provocó la carcajada de todos los presentes.
El viceministro de ecología, Brune Poirson, que estaba de espaldas a la chimenea sintió un ruido, y al voltearse no pudo contener la risa.
Macron, entre risas también, calificó de "inusual" el comportamiento de Nemo y "le achacó la culpa" al viceministro de planificación, Julien Denormandie.
Macron y su esposa, Brigitte adopataron a Nemo en agosto pasado.
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