Bayamo, en la oriental provincia de Granma, se encuentra en retroceso. Su antigua prosperidad decayó y el desinterés del Estado y las autoridades locales por revertir la situación es visible, así lo confirman los habitantes de esta villa.
“La gastronomía, los servicios, la cultura… Todo fue bajando en nivel de aceptación”, dijo uno de los entrevistados, quien achaca el problema al traslado hacia Santiago de Cuba de Lázaro Expósito, primer secretario del Partido Comunista en la región.
“Él se aparecía en cualquier centro, y los trabajadores se sentían animados porque sabían que había una gente que estaba interesada en el sacrificio de ellos para dar un buen servicio al pueblo. Cuando Lázaro se fue, todo eso se perdió”, añade.
Otro vecino de la ‘ciudad monumento’ opina igualmente que, tras la ausencia de Expósito, ha decaído la condición de la villa como polo para el turismo nacional y el comercio. “Ni de Las Tunas, ni de Holguín, ni de Santiago viene nadie… si aquí no hay nada ya”.
La esfera gastronómica es una de las más afectadas, según los testimonios. La venta de productos comestibles de elaboración local ha colapsado y la escasez comienza a golpear de igual forma el sector de estos servicios.
“Ya la hamburguesa no existe aquí”, ejemplificó otro entrevistado. “Ahora solo venden picadillo de pollo”, acotó.
La vida nocturna y cultural de la ciudad también está deprimida. En tal sentido, el instructor de cultura Francisco Igarza Sánchez explicó que desde hace cinco años no existen espacios de esparcimiento y ocio que acojan a los jóvenes e interesados en el arte.
“No hay modos de diversión, ni obras de teatro, danza o espectáculos culturales. Es una ciudad apagada”, consideró.
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