El alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas, confirmó en entrevista a los medios que los cubanos que se encuentran en esa ciudad, en las afueras del Puente Internacional nro.1, "están tranquilos".
Rivas incluso se reunión con ellos y le aseguraron que no harían uso de ninguna fuerza.
En días pasados, diarios de la localidad habrían publicado sin recato alguno noticias referentes al "uso de la fuerza" por parte de los migrantes cubanos con tal de ingresar a territorio norteamericano.
Actualmente, según cifras extraoficiales, son más de 500 cubanos los que se encuentran varados en esa localidad a la espera de un pronunciamiento por parte del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con respecto a la situación que ellos viven en la frontera.
Otros emigrantes cubanos, que se encuentran en Panamá dicen, por su parte, que "a Cuba no regresan", y argumentan que prefieren quedarse a vivir en una aldea, labrando la tierra antes de regresar a Cuba.
Algunos de ellos dicen que las autoridades de Panamá, por ejemplo, están esperando porque Trump se pronuncie pero que ellos estarían dispuestos a otorgarles permiso de trabajo a los cubanos, y legalizarlos en ese país.
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